Cuando el ciclón Idai arrasó Mozambique, muchos agricultores lo perdieron todo, incluidas las semillas para la siguiente temporada. Esto ha provocado que, incluso con el retraso de las lluvias estacionales, la cosecha de este año haya sido insuficiente para alimentar a las comunidades del distrito de Nhamatanda, donde ya se enfrentan a la escasez de alimentos.
Teresinha, de 52 años, depende de su granja para sobrevivir y para alimentar a su familia, compuesta por cinco miembros. Aunque es propietaria de un terreno de más de 200 metros cuadrados, no ha podido utilizarlo porque no ha tenido nada que cultivar.
“Llevo 26 años en la agricultura, pero, con el paso de los años, se ha vuelto más difícil porque cada año tengo menos semillas. Tras el ciclón Idai lo perdí todo y tuve que empezar de nuevo en un terreno más pequeño para que mi familia pudiera tener algo de comida. El resto del campo no se utiliza, y este año, no he vendido ninguna verdura”, explica Teresinha.
Para responder a la escasez de alimentos de las comunidades más afectadas por el ciclón Idai, Plan International puso en marcha el proyecto de recuperación de medios de subsistencia y empoderamiento económico, en colaboración con el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y el Gobierno de Mozambique.
Como parte del proyecto, distribuimos semillas de judías, maíz y sésamo a 2.245 agricultores del distrito de Nhamatanda para que pudieran replantar sus campos y poder alimentar a sus familias y reducir también la inseguridad alimentaria de la región.
“Recibí 5 kg de judías, 2 kg de sésamo y 10 kg de semillas de maíz, con lo que he podido recuperar los cultivos. También me servirá para vender algunas hortalizas y así tener dinero para comprar otras cosas que necesito, como jabón; pagar el transporte para ir a la ciudad y comprar material para arreglar mi casa”, nos cuenta Teresinha.
Plan International está respondiendo a la escasez de alimentos en las provincias de Inhambane y Sofala y sigue implementando proyectos de emergencia en las comunidades afectadas por el ciclón Idai. En alianza con algunas asociaciones estratégicas, gobiernos locales y organizaciones como el PNUD, pretendemos llegar a más comunidades que lo han perdido todo.
“En mi familia hemos estado comiendo yuca todos los días porque no teníamos nada más, pero ahora podremos acceder a una variedad de alimentos. Estoy muy agradecida y quiero que estas iniciativas continúen porque no tenemos nada”, concluye Teresinha.