Mima se dedica a la agricultura de algas marinas, gracias a lo cual conoce el litoral de Kenia a la perfección. A lo largo de los años, ha sido testigo de los devastadores impactos de los fenómenos climáticos extremos y de prácticas perjudiciales como la sobrepesca y la tala de árboles para la producción de carbón.
“La cosecha de algas marinas es mi sustento diario”, dice. Una vez cosechadas, las algas pueden venderse para su exportación y convertirse en otros productos, como el aditivo alimentario carragenina, que se utiliza ampliamente en la industria alimentaria y farmacéutica como espesante, estabilizante y gelificante. Pero en los últimos años, Mima se ha enfrentado a nuevos desafíos.
Las poblaciones de peces están desapareciendo y la línea de costa sigue avanzando tierra adentro. Mima y muchos en su comunidad dependen de industrias como la pesca, el cultivo de algas marinas y la agricultura de subsistencia, pero ganarse la vida y mantener a una familia se ha vuelto cada vez más difícil.
“Estas comunidades comprenden el impacto de la degradación ambiental mejor que nadie”, dice Annick Gillard-Bailetti, asesora de resiliencia costera para el proyecto de Conservación y Gestión Sostenible de los Ecosistemas Costeros y Marinos (COSME). “Ven de primera mano cómo la deforestación y la destrucción de los manglares afectan a sus medios de vida, su salud e incluso al acceso de sus hijos a la educación”.
Durante más de cuatro décadas, Mima ha dependido del cultivo de algas para mantener a su familia, financiar la educación de sus hijos y mantener su hogar. Pero la subida del nivel del mar y las condiciones climáticas cada vez más extremas amenazan sus cultivos. La sequía trae enfermedades y las lluvias intensas arrasan con las granjas de algas marinas.
“Hace treinta años, el océano estaba mucho más lejos de donde está hoy”, dice Mima, señalando la marea, que ahora se encuentra a solo 30 metros de su casa.
En 2019, Mima y otras miembros del Grupo de Autoayuda de Mujeres Furaha recibieron apoyo del Proyecto de Desarrollo Costero de Kenia y otras organizaciones para fortalecer sus cultivos de algas marinas. Durante un tiempo, gracias a este impulso, el grupo disfrutó de abundantes cosechas y crecimiento.
Sin embargo, en 2022, el proyecto llegó a su fin y las mujeres tuvieron dificultades para encontrar compradores.
Al año siguiente, en octubre de 2023, tormentas causadas por “El Niño” destruyeron sus cultivos. “Las lluvias de El Niño nos dejaron sin nada”, dice Mima, “Lo perdimos todo, incluso los esquejes”.
Con el lanzamiento del proyecto COSME, Mima y las demás integrantes del Grupo de Autoayuda de Mujeres Furaha encontraron una nueva fuente de apoyo para ayudarles a recuperar sus negocios.
“Mis 120 cuerdas están listas [para sujetar los esquejes mientras crecen]. Ahora estoy esperando recibir los brotes”, dice Mima. Con el apoyo del proyecto COSME, Mima espera aumentar su cosecha lo suficiente como para que las ganancias le permitan terminar de construir su casa.
El Grupo de Autoayuda de Mujeres Furaha también ha recibido formaciones para mejorar su funcionamiento cooperativo como una asociación de ahorro y crédito comunitario. Ahora tienen las herramientas para ahorrar colectivamente y acceder a préstamos de bajo interés para sus negocios o para cubrir sus gastos del hogar. A finales de año, el grupo de Mima ya había ahorrado 200.000 chelines kenianos (1.472€).
Plan International, a través de COSME, apoya a las comunidades costeras de Kenia, especialmente a las mujeres, en la búsqueda de formas para proteger el medio ambiente, que influye directamente en sus vidas y medios de subsistencia. Con nuevas habilidades como la restauración de manglares, el cultivo sostenible de algas marinas y la conservación de los bosques, estas mujeres están recuperando ecosistemas y ayudando a sus comunidades a estar mejor preparadas para los impactos de la crisis climática.
“Muchas mujeres a lo largo de la costa se enfrentan a la pobreza y luchan por hacerse escuchar. Quiero verlas empoderadas y trabajando para fortalecer este valioso ecosistema”, dice Beryl Odour, quien lidera el proyecto en Kenia. “Esperamos que las voces de las mujeres refuercen la defensa de la protección ambiental, la reducción del riesgo de desastres y los medios de vida sostenibles. Ahora es el momento de que las mujeres se levanten e impulsen a sus familias y comunidades”.
the Conservation and Sustainable Management of Coastal and Marine Ecosystems (COSME) project supports coastal communities in Kenya especially women in finding ways to protect the environment that so closely impacts their lives and livelihoods. With new skills like mangrove restoration, sustainable seaweed farming and forest conservation, these women are restoring ecosystems and helping their communities be better prepared for the impacts of the climate crisis.
Estas nuevas habilidades brindan a las mujeres oportunidades para asumir roles de liderazgo en los negocios. Por ejemplo, las algas marinas pueden convertirse en productos que se vendan localmente, como detergentes y bioestimulantes para el suelo, en lugar de enviarlas a otras industrias. La conservación de los bosques incluye el cultivo de plantas comercializables, como hongos y hierbas medicinales.
A medida que las mujeres en los condados de Kwale y Kilifi desarrollan negocios que responden y se adaptan al cambio climático, también se están convirtiendo en defensoras activas de la lucha contra los problemas ambientales en su región.
“Estas mujeres han sido guardianas de estas tierras durante generaciones. Aprovechar su conocimiento y liderazgo es fundamental”, dice Gillard-Bailetti. “Muchas de estas iniciativas se llevan a cabo en grupo, lo que genera un sentido de compañerismo. Este trabajo en equipo ayuda a crear impulso para lograr un cambio duradero”.
Cada componente del proyecto COSME contribuirá a fortalecer este impulso. “Reconocemos que todo está interconectado”, señala Gillard-Bailetti. “Lo que sucede en la tierra afecta la costa, y lo que sucede en la costa impacta en el mar”.
Los ecosistemas costeros de Kenia impulsan el turismo, la pesca y la agricultura, apoyan la biodiversidad y protegen a las comunidades de las inundaciones. Pero una triple amenaza los tiene al borde del colapso.
El calentamiento de la costa y los fenómenos meteorológicos extremos están interrumpiendo el ciclo de vida de los peces y otras especies vitales de plantas y animales. A medida que el entorno cambia, las especies autóctonas y los polinizadores están desapareciendo, desestabilizando el equilibrio ecológico. Los ecosistemas que actúan como protección frente a los efectos del cambio climático están siendo destruidos por la sobrepesca, la deforestación y la degradación de la tierra.
the Conservation and Sustainable Management of Coastal and Marine Ecosystems (COSME) project supports coastal communities in Kenya especially women in finding ways to protect the environment that so closely impacts their lives and livelihoods. With new skills like mangrove restoration, sustainable seaweed farming and forest conservation, these women are restoring ecosystems and helping their communities be better prepared for the impacts of the climate crisis.
A medida que la crisis climática empeora, las mujeres y las niñas son las que más sufren. “En las zonas rurales, las mujeres se encargan de la mayoría de las tareas domésticas, como la producción de alimentos, la recolección de agua y la recogida de leña, todas muy sensibles a las alteraciones climáticas”, explica Gillard-Bailetti.
Cuando ocurren inundaciones o los recursos naturales se dañan o agotan, las mujeres y las niñas a menudo se ven obligadas a viajar largas distancias, en condiciones peligrosas, para conseguir lo que necesitan. O pueden perder el acceso por completo a los recursos, por ejemplo, cuando los peces migran más allá de la costa en busca de aguas frías, las mujeres simplemente no tienen forma de llegar a ellos.
Por eso, las mujeres están en el centro del proyecto COSME. Al asociarse con colectivos de mujeres, el proyecto está implementando soluciones efectivas que preservarán y revitalizarán los ecosistemas frágiles mientras ofrecen oportunidades de liderazgo para las mujeres.
“La participación de las mujeres en la acción climática es crucial porque sus medios de vida, salud y seguridad están directamente ligados a los recursos naturales”, concluye Gillard-Bailetti.
NUESTROS SOCIOS
Jane Goodall Institute Canada
El instituto aprovechará su experiencia y conocimientos en iniciativas de conservación centradas en la comunidad en Tanzania, enfocándose en programas de forestación y basados en las escuelas. Su experiencia mejorará el compromiso comunitario a través de la educación y acciones proactivas de conservación.
Cascadia Seaweed Corporation
La corporación liderará investigaciones sobre variedades locales de algas marinas resistentes al clima y brindará asistencia técnica. Llevará innovaciones canadienses en algas a los grupos de agricultores para ayudarles a mejorar sus cultivos e identificar otros productos que los agricultores puedan producir y vender con sus cosechas.
Solvatten AB
Solvatten AB crea sistemas portátiles de tratamiento y calentamiento de agua para hogares fuera de la red eléctrica. Estas unidades reducen la dependencia de leña para calentar agua y proporcionan una solución práctica para tratar fuentes de agua no potable cerca del hogar.
Gobierno de Kenia
El gobierno apoyará a Plan International utilizando la experiencia de diferentes ministerios – incluidos el Departamento de Pesca, Acuicultura y Economía Azul y el Ministerio de Medio Ambiente, Cambio Climático y Silvicultura – para apoyar la implementación en esta área de Kenia.