El matrimonio infantil es como un callejón sin salida en nuestras vidas

Son y Sang, de 17 y 18 años, se casaron cuando eran adolescentes y ahora tienen un bebé de 5 meses al que tienen que cuidar. Cuando les preguntamos por qué se casaron tan jóvenes, Sang nos dice: “No lo pensamos demasiado, nos queríamos y nos casamos, como todas las demás parejas de aquí”.

El matrimonio infantil es común en algunas comunidades que viven en zonas remotas de Vietnam. Son abandonó sus estudios después de la secundaria. “No tenía ninguna razón para seguir estudiando”, nos cuenta. Sang abandonó los suyos tras la muerte de su padre, cuando tuvo que asumir sus responsabilidades. La carga de trabajo adicional hizo que se retrasara en los estudios y acabara dejándolos.

Como muchas otras parejas jóvenes en su comunidad, Sang se queda en casa para cuidar del bebé y Son hace lo que puede para alimentar a la familia. Antes de la pandemia, Son solía ir hasta el otro lado de la frontera con China para trabajar, pero las restricciones actuales hacen que se quede en casa todo el día. La pareja vive con los padres de Son, quienes asumen la responsabilidad de cuidar a la joven familia.

En Vietnam, el 11% de las niñas se casan antes de cumplir los 18 años y el 1%, antes de los 15. El matrimonio infantil es más frecuente en las zonas rurales aisladas, donde vive un alto porcentaje de personas pertenecientes a minorías étnicas.

Hien* también se casó siendo niña: con solo 15 años ya lleva más de un año casada y es madre de un bebé de 4 meses. Dejó la escuela porque su madre no podía pagarle la matrícula, pero también porque Hien no entendía realmente la importancia de la educación y no tenía a nadie que la aconsejara y orientara.

La niña pasaba sus días en la casa familiar. Uno de esos días, un chico vino a reparar el tejado y ella se enamoró: “crecí sin conocer a mi padre y mi hermano mayor siempre estaba ocupado estudiando y, después, trabajando. La atención que me mostró Phuok* me llegó al corazón”.

Hien se quedó embarazada y, dos meses más tarde, se casó. Ahora viven con la familia de su marido y Phuok es quien se encarga de mantener a la familia. Generalmente gana menos de 5 euros al día; unos ingresos que, para una familia de cinco adultos y un bebé, apenas alcanzan para pagar lo esencial.

Plan International trabaja con las minorías étnicas para acabar con el matrimonio infantil y promover la educación de las niñas. A través de la sensibilización sobre las normas y prácticas sociales que frenan a las niñas, esperamos reducir el número de matrimonios precoces y el abandono escolar. También proporcionamos apoyo a las familias, padres y cuidadores, asesorándoles sobre la crianza positiva y ayudándoles a comprender las consecuencias devastadoras del matrimonio infantil.

Hien dice que, a diferencia de lo que ella hizo, espera que las niñas no se casen. “Casarse cuando eres niña, impide que continúes con tu educación. Casarse pronto también significa que te conviertes en madre cuando no estás preparada y no tienes todos los conocimientos para criar a un hijo. Es como un callejón sin salida en nuestras vidas”.