El 17 de mayo se celebra el Día Mundial de Internet, una fecha que ha cobrado más importancia que nunca por la pandemia. En el contexto actual, internet nos sirve para relacionarnos, trabajar, pasar nuestro tiempo libre e, incluso, estudiar. Pero, ¿sabes cómo han vivido los niños y las niñas tener que estudiar a través de la pantalla? Para muchos y muchas de ellas, internet ha sido su salvación. A continuación, te traemos tres historias de República Dominicana, Indonesia y Liberia.
República Dominicana
Tras el cierre de las escuelas, muchos estudiantes tuvieron que hacer un parón en sus estudios. Sin embargo, la situación ha ido mejorando para muchas de las niñas y adolescentes con las que trabajamos en las comunidades. Para reforzar sus conocimientos y habilidades en el ámbito tecnológico, desde Plan International estamos llevando a cabo talleres en los que se motiva a las niñas a continuar con sus estudios y también a elegir carreras relacionadas con la tecnología.
Muchas han sufrido más acoso online durante los confinamientos, pero nos cuentan que, gracias a lo que están aprendiendo en estas formaciones, pueden usar la tecnología como arma de protección.
Indonesia
La pandemia obligó a Kamel, de 17 años, a regresar a su casa en Lembata, una isla de Indonesia. Antes, se alojaba en casa de unos familiares en la misma ciudad en la que estaba su escuela porque, en su comunidad, no existe ningún centro en el que se pueda estudiar secundaria. El colapso provocado por la pandemia ha obligado a Kamel a sacarse el curso a distancia, gracias a internet.
Al principio, cuenta, la conexión en su comunidad era muy mala. Ni siquiera podía contactar con su profesor para preguntarle sus dudas, pero, gracias a las tarjetas con datos que nuestros compañeros distribuyeron entre todos los y las estudiantes, pudo solucionar este problema. A partir de ese día todo mejoró: “estoy a punto de acabar el curso con muy buenos resultados”, comparte Kamel con orgullo.
Liberia
En Liberia, las escuelas han estado cerradas durante meses, lo que ha afectado especialmente a niñas como Praise, de 13 años, quienes se enfrentan a los roles de género y tradiciones que dificultan su acceso a la educación. Cuando estalló la pandemia, muchas niñas y adolescentes como ella temieron que el virus acabara para siempre con sus sueños de seguir estudiando, como ya ocurrió en 2014 con el Ébola.
Sin embargo, Praise no ha tenido que interrumpir sus estudios ni bajar su rendimiento gracias a los dispositivos tecnológicos y tarjetas con internet que ha recibido a través de Plan International. También ha podido mantener el contacto con sus compañeros de clase, con sus profesores y, ahora, sigue soñando en convertirse en diseñadora. Pronto, espera poder visitar París para conocer la capital mundial de la moda.