Cada año, el 10 de diciembre, se conmemora el Día de los Derechos Humanos. Esta fecha marca el aniversario de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos por parte de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Hace 75 años, La Asamblea General de la ONU declaró por primera vez este día para conmemorar el aniversario de la adopción de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Certificada como el “documento más universal del mundo”, esta declaración afirma que “la libertad, la justicia y la paz en el mundo tienen por base el reconocimiento de la dignidad intrínseca y de los derechos iguales e inalienables de todos los miembros de la familia humana”.
A lo largo de los años, hemos experimentado avances notables en la promoción y protección de los derechos humanos. Sin embargo, a pesar de estos logros, la realidad es que falta camino por recorrer para conseguir el pleno cumplimiento de estos derechos. Desafíos como los conflictos, el cambio climático, y las consecuencias de la pandemia han agudizado las desigualdades, discriminaciones en todo el mundo. Por tanto, el Día de los Derechos Humanos es, a día de hoy, una fecha crucial para subrayar la necesidad de garantizar estos derechos fundamentales.
Las niñas, las más invisibles
Las niñas y adolescentes siguen siendo uno de los grupos más excluidos en el mundo y se enfrentan a la discriminación y la violencia por el simple hecho de ser jóvenes y mujeres. Millones de niñas y mujeres jóvenes ven negado su derecho a la educación, a participar activamente en la toma de decisiones importantes sobre su futuro y a estar protegidas de violencia.
El trabajo de Plan International
Plan International trabaja para defender los derechos de la infancia y la igualdad de las niñas en todo el mundo. A través de diferentes programas trabajamos incansablemente para garantizar que las niñas tengan acceso a una educación de calidad, puedan ejercer su liderazgo, tomen decisiones sobre sus vidas y prosperen en entornos seguros e igualitarios. Plan International no solo aborda los desafíos visibles, sino que también desafía las normas culturales y estructuras que perpetúan la exclusión de las niñas.