Cuando apadrinas con Plan International, estás haciendo mucho más que mejorar la vida de un niño o niña. Estás estableciendo relaciones significativas con los niños y niñas apadrinados, sus familias y sus comunidades para crear cambios duraderos. A continuación, te traemos algunas historias de niños y niñas apadrinadas que demuestran el poder del apadrinamiento.
TORT, CAMBOYA Te presentamos a Tort, una joven de 25 años que vive en Camboya y que, en su día, participó en el programa de apadrinamiento de Plan International. Tort nació con un brazo y, desde muy pequeña, reconoció que la educación era su mejor oportunidad para llevar una vida independiente.
Después de mucho esfuerzo, consiguió graduarse y, ahora, su sueño es ser profesora de secundaria y dar clases gratuitas a los niños y niñas más pequeños de su comunidad.
Cuando le preguntamos por qué quiere ser docente, nos dice: “Quiero ser profesora como agradecimiento, porque yo misma he recibido mucho apoyo a través de Plan International”. Como ha estado permanentemente ligada a nuestra organización, en 2019 Tort viajó, por invitación del gobierno finlandés, para presentarse como nuestra embajadora en Helsinki. Los logros y el impacto positivo que está consiguiéndola joven, especialmente en la vida de otros niños y niñas, es solo uno de los ejemplos de cómo el apadrinamiento puede transformar comunidades enteras.
CÁSSIA, BRASIL
Cássia tiene ahora 18 años y vive en el Estado de Maranhão, situado al noreste de Brasil. Como niña apadrinada, cree que este programa es muy importante, no solo para el apadrinado/a, sino también para otros niños y niñas de la comunidad.
“Gracias a los recursos recaudados con el programa de apadrinamiento, Plan International puede llevar a cabo proyectos educativos y actividades para otros niños y niñas de la comunidad. El apoyo de nuestros padrinos es muy importante para nuestro desarrollo”.
Cássia ha participado en otros proyectos de Plan International en su comunidad, y tiene grandes planes para su futuro. “Mi sueño es graduarme en trabajo social y convertirme en un punto de referencia de mi comunidad. Quiero cambiar la historia de nuestro país. Creo que, cuando tengamos líderes responsables, y los niños, niñas y jóvenes vean a estos líderes como ejemplo, también tendremos una sociedad y un país mejor”.
KALIGUETA, BURKINA FASO
Kaligueta, de 15 años, es una niña apadrinada por Plan International que vive en Burkina Faso. Durante los momentos más duros de la pandemia, Kaligueta ha participado en sesiones de sensibilización sobre el virus y sobre cómo protegerse.
“Comprendí que era necesario protegerse de la enfermedad: llevar mascarilla, lavarme las manos con jabón y mantener la distancia con los demás”, dice Kaligueta. “Los y las voluntarias de Plan International enseñan a la gente medidas para reducir el contagio. Desde entonces, las familias saben cómo se transmite y cómo protegerse. Como mi padre es sastre, le pedimos que cosiera mascarillas para toda la familia”.
Desde que estallara la pandemia, nos estamos asegurando de que todos nuestros programas se adapten para hacer frente a las consecuencias sociales y económicas, de modo que los niños, niñas y familias apadrinadas reciban todo el apoyo que necesitan.