Enma, a sus 16 años, es un ejemplo de determinación y esperanza en medio de la adversidad. Originaria de la comunidad indígena Puruhá, ubicada a 3.405 metros sobre el nivel del mar en Ecuador, Enma ha sido una niña apadrinada desde que tenía apenas 6 años.
Enma siempre se ha sentido muy orgullosa de su identidad indígena; valora su vestimenta, su lengua materna Kichwa y su cultura, ella siente que estos aspectos la conectan con quienes le rodean y le han visto crecer.
Su familia ha enfrentado desafíos, especialmente económicos. Sin embargo, Enma considera que siempre ha tenido un hogar en donde ha aprendido a ser resiliente y que le ha brindado la oportunidad de salir adelante, con su madre cuidando de ella y sus dos hermanas, y con su padre trabajando como albañil en la ciudad de Riobamba.
Enma ha considerado en varias ocasiones abandonar sus estudios para ayudar a su familia económicamente. Sin embargo, gracias a las becas de estudio que Plan International le ha otorgado, ha decidido continuar en su escuela y perseguir sus metas académicas.
En 2023, Enma completó su décimo grado y actualmente se está preparando para ingresar al primer año de bachillerato en una comunidad vecina. Para llegar a su nueva escuela, a Enma le va a tocar caminar una hora de ida y otra de regreso.
Sin embargo, estos desafíos no la detienen porque quiere llegar a cumplir sus sueños. Uno de ellos es llegar a la universidad para estudiar algo relacionado con las matemáticas, y Enma quiere que esto también la impulse para llegar a ser Policía.
Después de clases y durante los fines de semana, Enma ayuda a su familia cuidando animales y trabajando en la agricultura. De este modo, contribuye a su hogar. Otra faceta de Enma es ser una lideresa innata, ella está involucrada activamente en talleres y actividades que buscan el desarrollo de su comunidad. Además, apoya en las limpiezas de canales de riego y tanques de captación de agua.
Actualmente, participa en un proyecto de emprendimiento y en el de “Zona Libre de Embarazo en Adolescentes” de Plan International y también forma parte del “Movimiento Por Ser Niña” en el cantón Guamote. Junto a este colectivo, ha sacado provecho de sus conocimientos y ahora está convencida que tiene más herramientas que potencian su liderazgo comunitario.
“Seré profesional y apoyaré a la gente que más lo necesita, especialmente la del campo.”
A Enma se le conoce por ser una joven que siempre desea aprender y compartir sus conocimientos con las y los demás. Su historia nos hace reflexionar y es un recordatorio de que apoyar a las niñas contribuye a que existan más jóvenes comprometidas con sus comunidades y sus sueños.