En Delhi, una ciudad vibrante pero marcada por la desigualdad, muchas personas jóvenes se enfrentan a un panorama laboral complejo: falta de orientación profesional, escasas oportunidades, presiones económicas y sociales, y una competencia feroz. Las chicas, además, deben lidiar con barreras adicionales como los roles de género y problemas de seguridad.
Para responder a esta realidad, Plan International trabaja en cinco distritos de Delhi, ofreciendo orientación vocacional y profesional a jóvenes de entre 18 y 24 años, con un enfoque especial en mujeres. El objetivo es claro: ayudarles a tomar decisiones informadas sobre su futuro profesional y reforzar su autonomía.
Mediante sesiones de sensibilización, talleres, encuentros con profesionales del sector y acompañamiento personalizado, el proyecto facilita información clave sobre formación técnica, estudios superiores y acceso al empleo. También se promueven caminos profesionales poco tradicionales y se involucra activamente a los padres —especialmente a los padres varones— para que apoyen las elecciones de sus hijas.
Annu, de acompañar a una amiga a dirigir su propio negocio

Tras 18 meses de planificación y esfuerzo, Annu inauguró su tienda. Hoy trabaja allí junto a su padre, su hermano —antes vendedores ambulantes— y dos amigas. “Plan International dio rumbo a mi vida. Ayudaron a cambiar la mentalidad de mi familia y a cumplir mi sueño”, cuenta orgullosa.
Khatija, diseñadora de moda y heredera de un legado
Khatija creció en una familia numerosa, marcada por el talento de su padre sastre. Cuando él falleció repentinamente, su futuro profesional se tambaleó, pero con el apoyo de su madre y la orientación de Plan International, logró inscribirse en un curso de diseño de moda.
En menos de un año, Khatija abrió su propia boutique, donde ahora diseña junto a su madre. “Romper con lo que la sociedad espera no fue fácil, pero gracias a Plan y al respaldo de mi madre, hoy soy diseñadora”, afirma con satisfacción.
Neha, el sueño de cuidar a los demás
Con 18 años, Neha quería ser enfermera, pero sus recursos eran limitados. Durante una visita educativa descubrió un curso gratuito de enfermería y lo completó. Luego se formó en informática básica, otra barrera que enfrentaba en las entrevistas de trabajo. Dos años después, Neha trabaja como auxiliar de enfermería en un hospital de Delhi. “Sin Plan International y el apoyo constante de mis padres, este sueño no habría sido posible”, dice.
Shabana, rompiendo límites con un salón de belleza
En su comunidad, las chicas como Shabana apenas tienen libertad o acceso a la educación. Gracias al programa de apadrinamiento de Plan International, sus padres comenzaron a valorar la formación de sus hijas. Tras completar el colegio, Shabana reveló su sueño: ser esteticista. Aunque su padre se oponía, las reuniones con Plan le ayudaron a entender la importancia de apoyar a su hija.
Tras completar un curso de ocho horas diarias, Shabana recibió un kit de belleza con el que montó su propio salón.
“A pesar de las presiones sociales, lo conseguí gracias a mis padres y al apoyo de Plan”, cuenta con orgullo.
Tanya, la artista del maquillaje
Tanya descubrió su pasión por la belleza en una sesión de orientación vocacional. Aprendió de forma autodidacta con vídeos de YouTube, pero el alto coste de los cursos privados le impidió continuar. Gracias a Plan International, accedió a un curso gratuito de inglés, clave para comunicarse con clientas de perfiles diversos. Hoy, sigue formándose con el objetivo de convertirse en maquilladora de celebridades. “Desde niña soñaba con esto. Plan me ayudó a hacerlo realidad”, cuenta.
Gautam, del desempleo a despegar en aviación
Gautam, de 20 años, terminó sus estudios universitarios sin saber qué hacer. Encadenó trabajos mal remunerados hasta que su madre asistió a una sesión de orientación de Plan International y lo animó a participar. Allí descubrió sus fortalezas y se formó en atención al cliente. Hoy trabaja en el aeropuerto como agente de pasajeros y sueña con crecer profesionalmente.
“Gracias a Plan International, tengo un trabajo que me permite mantener a mi familia y soñar más alto”, dice.
Anjali, la chef que desafió las expectativas
La muerte de su padre obligó a Anjali a dejar los estudios para hacerse cargo del hogar familiar. Gracias al apoyo de Plan International, retomó la escuela en un sistema de educación flexible y allí descubrió su pasión por la cocina. Aunque su familia no veía su elección con buenos ojos, uno de sus tíos y los equipos de Plan International lograron convencerlos para que apoyaran su sueño.
Hoy trabaja como chef junior en un hospital y sueña con convertirse en chef ejecutiva. “Elegí un camino poco común. Sin Plan International ni mi tío, mi familia nunca habría aceptado. Estoy profundamente agradecida”, afirma.
Afsana, del aula a transformar su comunidad
Afsana, de 18 años, migró con su familia desde Bihar en busca de un futuro mejor. Recibió una beca completa para estudiar inglés y ahora enseña a sus hermanas pequeñas. Sueña con trabajar en el extranjero como trabajadora social. “La educación fue difícil, pero siempre supe que quería ayudar a otras niñas. Plan International me dio el rumbo. Hoy soy una líder en mi comunidad”, concluye.










