En las montañas de Aileu, Timor-Leste, Augusto y Julia disfrutan de la vida en su pequeña comunidad. “Nos gusta vivir aquí porque nuestros hijos tienen acceso a la escuela y a la atención sanitaria, y estamos cerca de nuestra familia”, comenta Augusto. Rodeados de paisajes exuberantes, resulta difícil creer que este país enfrenta una de las tasas de malnutrición más altas del mundo. Casi la mitad de los niños y niñas menores de cinco años sufren retraso en el crecimiento y el 8,6% están gravemente desnutridos.
Sin una alimentación adecuada para un desarrollo sano, la infancia corre el riesgo de sufrir problemas cognitivos, un menor rendimiento escolar, sistemas inmunológicos debilitados y, en algunos casos, la muerte. Frente a esta realidad, Plan International ha lanzado un proyecto de crianza positiva con el apoyo del Gobierno australiano a través del Programa de Cooperación de ONGs de Australia, con el objetivo de que los niños y niñas en las provincias de Aileu y Ainero reciban el apoyo necesario para desarrollarse plenamente.
Al analizar la situación inicial, el proyecto identificó varios desafíos:
- Menos del 50% de los padres apoyaban activamente el desarrollo de sus hijos, y cuando lo hacían, casi siempre eran las madres.
- Casi la mitad de los niños y niñas menores de dos años no eran amamantados.
- Se observaba un alto uso del castigo corporal.
- Los hogares carecían de juguetes y libros que estimularan el desarrollo infantil.
El proyecto trabaja con grupos de padres y madres, mejorando su conocimiento sobre la nutrición, higiene del hogar, estimulación temprana, cuidado y disciplina positiva. Julia y Augusto son parte de este proyecto y aseguran que lo aprendido está mejorando su forma de criar a sus hijos. “Cuando nos conocimos, hablamos sobre cómo cuidar a nuestros hijos e hijas y cómo ayudarnos mutuamente en la familia”, dice Augusto. “Con los entrenamientos, implementamos nuevas ideas en nuestro hogar”.
El impacto del proyecto se refleja en las familias de la comunidad. Roxete, miembro activa de un grupo de padres, comenta: “Asisto a las actividades de Plan porque quiero aprender a educar a mis hijos con métodos de crianza positiva. Antes, no prestábamos atención a la nutrición o al lavado de manos, pero ahora sabemos lo importante que es”.
Además, Plan International ha creado grupos de desarrollo infantil temprano donde los niños y niñas acceden a oportunidades de juego y aprendizaje. Elizabet, madre de una niña de seis años, valora el impacto de estas actividades: “Mi hija ahora puede escribir e identificar colores. También hemos aprendido sobre la importancia de una alimentación nutritiva”.
A través de grupos de padres y madres, también se están rompiendo estereotipos de género. Los padres, como José, ahora comparten las responsabilidades del hogar y de crianza. “Antes, las mujeres hacían todo el trabajo doméstico, pero ahora trabajamos juntos”, comenta.
La iniciativa está transformando no solo la salud y bienestar de la infancia, sino también la dinámica familiar. Como concluye Roxete: “Mi esperanza es que la comunidad entienda que las decisiones no deben ser solo de los hombres. Debemos trabajar juntos, compartir responsabilidades y garantizar un futuro mejor para nuestros hijos e hijas”.
Desde Plan International seguiremos trabajando con estas comunidades para combatir la malnutrición infantil, promoviendo prácticas de crianza positiva y desafiando las normas de género, asegurando que cada niño y niña de Timor-Leste tenga la oportunidad de prosperar.