“Cuando perdí a mi madre, no tenía dónde vivir y ningún familiar al que recurrir”, recuerda Rosaline, una joven de 18 años que vive en el norte de Camerún.
Tras la muerte de su madre, que la dejó huérfana, Rosaline se quedó sin hogar y se vio obligada a vivir en la calle. Cuando estaba buscando ayuda, le hablaron de un proyecto de empoderamiento económico dirigido por Plan International, cuyo objetivo es que jóvenes en situación de vulnerabilidad cuenten con las habilidades necesarias para obtener sus propios ingresos.
“Me reuní con un equipo de Plan International durante una de las sesiones de sensibilización que ofrecieron en nuestro barrio. Tras escuchar mi historia, me hablaron sobre su programa para mejorar la vida de niñas como yo. Me alegró mucho y me animé a seguir sus consejos”.
Después de pasar un proceso de selección, Rosaline comenzó, junto con otras chicas con perfiles parecidos al suyo, un curso de costura de dos años de duración, lo que le ha dado esperanza en la vida y una razón para sonreír. Decidida a aprovechar al máximo la oportunidad, Rosaline se esfuerza al máximo en las clases.
En apenas unos meses, la joven ya es capaz de confeccionar conjuntos sencillos por sí misma. “Rosaline es una de las aprendices de las que estoy más orgullosa, ya que adquiere con facilidad todas las habilidades que se le enseñan. En estos cursos las jóvenes también aprenden sobre habilidades para la vida y el espíritu empresarial”, explica Bodo Georgette, una de las instructoras.
El centro de formación para mujeres en el que está inscrita Rosaline, ofrece cinco cursos, además del de costura: decoración; manicura y pedicura; peluquería e informática. También se imparten habilidades de emprendimiento y liderazgo para animar a las jóvenes a iniciar sus propios negocios.
El año pasado, en Plan International apoyamos la formación de 46 mujeres jóvenes. “Queremos mejorar sus condiciones de vida y sus conocimientos sobre finanzas. Nos aseguramos de que reciban formación y kits para que puedan iniciar sus propios negocios y puedan cuidar de sí mismas y de sus familias”, dice Sakwe Mbone, directora de Influencia e Implementación de Programas de Plan International Camerún.
“Estoy convencida de que Rosaline inspirará y apoyará a otras chicas para que persigan sus sueños”, afirma Sakwe.
Por su parte, Rosaline se muestra optimista en lo que respecta al futuro. “He aprendido mucho y he visto muchos cambios en mi vida personal. Al principio no sabía coser, pero ahora puedo diseñar y crear diferentes piezas. Con un poco de orientación, estoy segura de que me convertiré en una gran diseñadora de moda en unos años”.