Ashiya, una joven nepalí de 20 años, se ha convertido en la esperanza de su familia gracias al pequeño supermercado que abrió hace medio año, y que le ha permitido sufragar sus gastos educativos y servir de sustento para su familia.
«Antes, ni siquiera teníamos suficiente dinero para comprar sal y teníamos que pedir prestado a los vecinos para poder sobrevivir», dice Ashiya. «Pero ahora, todo ha cambiado». Reflexionando sobre el optimismo que la tienda ha traído a su familia, que vive en una zona rural del distrito de Dhanusha, en Nepal, añade: «Ahora, son los vecinos quienes acuden a mí cuando necesitan dinero».
Ashiya es la mayor de tres hermanos . Sus padres luchaban por llegar a fin de mes con los ingresos de su trabajo en el campo y no tenían los recursos económicos para comprar ropa nueva a sus hijos e hijas. Para poder pagar las cuotas de los exámenes, el padre de Ashiya tenía que buscar trabajo extra como jornalero o pedir dinero prestado.
A pesar de enfrentarse a muchas dificultades, Ashiya pudo continuar sus estudios y ahora está estudiando un grado universitario. Esto fue posible gracias a un proyecto de empleo juvenil dirigido por Plan International. «Escuché por medio de unas amigas que el municipio estaba aceptando solicitudes de personas interesadas en trabajar por cuenta propia», explica.
Después de postular al proyecto, Ashiya fue preseleccionada para una entrevista y elegida para participar en el programa de formación. Una vez adquiridas las habilidades, conocimientos y motivación necesarios para convertirse en emprendedora, decidió abrir su propia tienda. «Aunque mi negocio es pequeño todavia, ha mejorado significativamente la situación económica de mi familia».
Ashiya ha logrado un progreso notable en poco tiempo, lo que ha impulsado su ambición. Su negocio genera una facturación mensual de 30.000 rupias nepalíes (el equivalente a más de 180 euros), parte de la cual reinvierte, mientras que el resto lo destina a cubrir los gastos del hogar y a financiar su educación.
Ashiya lleva un registro meticuloso de cada artículo vendido en su tienda cada día. «Durante la formación en emprendimiento, aprendimos a crear planes de negocio, mantener registros detallados de ingresos y gastos, y ahorrar antes de gastar. Estas lecciones han hecho que administrar el negocio sea mucho más fácil para mí», comenta.
El éxito de su tienda ha fortalecido su confianza. «Antes era muy tímida y me daba miedo hablar con los hombres, pero ahora ya no es así y puedo hablar abiertamente con ellos». Su nueva seguridad le ha ayudado a que su negocio prospere. «Un buen negocio se basa en una buena comunicación. Como ahora puedo hablar con todo el mundo con confianza y respeto, mi negocio va muy bien».
Aunque todavía es joven, la mayoría de las amigas de Ashiya ya están casadas, pero ella no siente ninguna prisa por hacerlo. Sus prioridades son terminar sus estudios, alcanzar la independencia económica y mejorar la situación financiera de su familia. «Siguen llegando propuestas de matrimonio, pero por ahora mi idea no es casarme. Tengo una gran responsabilidad hacia mi familia».
«Si me casara ahora, sería difícil asumir la responsabilidad de dos familias. Además, mi familia no puede costear los gastos de una boda en este momento. Acabo de empezar a ganar dinero, así que ¿quién se haría cargo de mi familia si me casara? Por eso planeo casarme dentro de unos tres o cuatro años, cuando pueda cubrir los gastos de la boda por mí misma», explica.
Muchas personas en su comunidad admiran el espíritu emprendedor de Ashiya. Sus padres a menudo expresan su deseo de que sus otros hijos sigan su ejemplo. Algunos vecinos incluso se le acercan y le preguntan: «¿Cómo lograste tener tanto éxito? ¿Podrías enseñarles también a mis hijos?».
«Me enorgullece ser una fuente de inspiración para otros jóvenes de mi comunidad», dice.
«Me siento realizada al ser autosuficiente y al trazar un camino claro para mi futuro. Pero, sobre todo, mi mayor satisfacción proviene de ser una fuente de esperanza y felicidad para mi familia».
Sobre el proyecto
El proyecto Desarrollo del Empleo y Emprendimiento Juvenil (YEED, por sus siglas en inglés) es una iniciativa implementada por Plan International en colaboración con la Janaki Women’s Awareness Society y el gobierno local. Lanzado como parte del compromiso de Plan International de apoyar a jóvenes marginados —en especial a las niñas y mujeres jóvenes—, el proyecto busca crear más oportunidades de empleo y desarrollar habilidades emprendedoras entre los y las jóvenes de las zonas rurales y desatendidas de Nepal.
El objetivo principal de YEED es abordar el desempleo juvenil, dotando a los participantes de las habilidades prácticas necesarias para ser autónomos y crear puestos de trabajo.
El proyecto opera principalmente en la región oriental de Nepal, centrándose en los distritos de Sindhuli y Dhanusha. Los y las participantes son principalmente jóvenes de 16 a 30 años provenientes de comunidades marginadas, incluidos jóvenes de origen rural, minorías étnicas y chicas que enfrentan barreras para acceder a la educación y al empleo.



