Cómo un jardín escolar transforma vidas en Bangladesh

En Bangladesh, el jardín en la azotea de la escuela de Pallabi y Razia es motivo de orgullo y alegría. Estas dos amigas han creado un fuerte vínculo gracias a su pasión compartida por la jardinería. Según Razia, “este jardín se ha convertido en una parte esencial de nuestras vidas. Nos ha inspirado a perseguir el éxito”. 

La escuela, situada en el distrito de Rangpur, recibe apoyo del proyecto Conjunto de Acción para Resultados en Nutrición de Plan International, que busca mejorar el conocimiento, bienestar y autonomía de los y las jóvenes. En Bangladesh, donde la desnutrición afecta especialmente a las niñas, este proyecto enseña al alumnado a cultivar huertos escolares. 

Razia explica: “Antes no sabíamos qué verduras plantar ni cuándo hacerlo. Ahora sabemos que hay diferentes estaciones y cultivamos distintas verduras en cada una. También hemos aprendido el valor nutricional de cada vegetal y usamos fertilizantes orgánicos”. 

Cultivar verduras no solo ha aumentado el conocimiento de las niñas sobre la alimentación, sino que también ha mejorado sus hábitos alimenticios. Pallabi cuenta: “Antes creía que solo el pescado, la carne, los huevos y la leche eran alimentos nutritivos. No conocía las verduras. Ahora que las cultivamos y aprendemos sobre su valor nutricional, he empezado a comer más verduras. Mi dieta ya no es limitada”. 

Para Razia, el proyecto del jardín ha cambiado positivamente sus hábitos alimenticios: “Antes no tenía un plan de comidas ni una dieta equilibrada. Ahora sé cuánto arroz o verduras debo comer todos los días”. 

El jardín en la azotea ha traído mucha felicidad a la vida de Pallabi y Razia. Pallabi dice: “Si no existiera este jardín, no entenderíamos esta alegría. Nos faltaría una parte importante en nuestras vidas. Nos sentiríamos incompletas”. 

Por su parte, Razia añade: “Este jardín es indescriptible. Me inspira todos los días. Si realmente queremos hacer algo, debemos hacerlo bien hasta el final. Tuvimos muchas dificultades, pero no nos detuvimos. Seguimos trabajando todos los días. Ahora somos exitosas”. 

El proyecto no solo enseña a los y las estudiantes a producir alimentos saludables durante todo el año, sino que también promueve la conciencia ambiental en un país vulnerable a los efectos del cambio climático.