El juego ayuda a la infancia a recuperarse de las inundaciones provocadas por El Niño 

“En nuestra comunidad llueve mucho y se forman ríos y canales. Cuando llueve, la gente no puede pasar porque el puente ha sido arrastrado por el río,” explica Génesis, una niña de 9 años. 

En una pequeña comunidad cerca de un río en la región de Piura, Perú, Génesis cada día está expuesta al riesgo de desastres, como inundaciones, sequías y deslizamientos de tierra. El cambio climático está aumentando la frecuencia y la intensidad de estos fenómenos extremos, agravados por el fenómeno de El Niño. 

Cuando recuerda la última gran tormenta que azotó su pueblo, Génesis confiesa que estaba asustada. “El fenómeno de El Niño empezó por la tarde. Por la noche fue realmente fuerte y tenía miedo porque estaba cuidando a mi hermanita. Pensé que iba a perder a mi madre o a mi padre.” 

Para apoyar a niños y niñas como Génesis, que se han visto afectados por las lluvias torrenciales que han inundado sus hogares, Plan International organiza las sesiones de juego “Plan de Alegría” en su escuela. Este es un espacio seguro para la infancia, lleno de juegos de mesa, libros y pinturas, y atendido por profesionales especializados en apoyo psicosocial. 

“Gracias al proyecto “Plan de Alegría” y a través de los juegos, he podido liberar esas emociones y entender que forman parte de nuestro cuerpo. Cuando empezamos a jugar, dejé de pensar en la lluvia,” cuenta Génesis. “Compartir con mis amistades me ha hecho ver que no estoy sola, que no soy la única.” 

El poder curativo del juego no solo ayuda a los niños y niñas a liberar emociones negativas, sino que también crea un sentido de comunidad. Los juegos y actividades están diseñados para ayudar a la infancia a sobrellevar el impacto de las inundaciones y abordar diferentes aspectos de su bienestar. 

Las sesiones de juego también se centran en la educación sobre la reducción de riesgos de desastres, ofreciendo a la infancia el conocimiento y las habilidades necesarias para enfrentar futuros desastres y contribuir activamente a la construcción de comunidades resilientes. “Si hay otro El Niño, ya no tendría miedo porque “Plan de Alegría” nos ha ayudado mucho,” afirma Génesis. 

En las semanas y meses posteriores a las inundaciones, la comunidad se ha reconstruido, pero los efectos del desastre persisten. “Ahora hay algunas enfermedades, como el dengue y la gripe,” explica Génesis. “Pero lo que necesitamos es agua, más juegos, más cosas para aprender.” 

La historia de Génesis destaca la importancia de atender las necesidades emocionales de los niños y niñas y de construir su resiliencia ante los desastres. Proporcionar espacios seguros y actividades lúdicas no solo ayuda a la infancia a procesar sus experiencias, sino que también los empodera para enfrentar la adversidad futura con determinación. 

“Mi mensaje para las niñas como yo es que es normal tener miedo o estar triste durante las emergencias, pero que juntas podemos superar cualquier cosa,” dice Génesis con convicción.