CÓMO EL LIDERAZGO DE LAS NIÑAS Y JÓVENES PUEDE ROMPER TABÚES

Geovana tiene 20 años, pero ya aspira a convertirse en concejala o alcaldesa de su municipio. Se describe a sí misma como feminista y utiliza su capacidad de liderazgo e influencia para acabar con los estereotipos y fomentar la transformación en su comunidad.  

Cuando recuerda la primera vez que habló en público, Geovana dice que no sabe de dónde sacó el valor para levantar la mano en la reunión de su comunidad, pero lo hizo. Enfrentándose a su miedo a hablar en público y rodeada de autoridades de su pueblo, situado a unos 20km de la ciudad de El Alto, Bolivia, pidió que se tomaran medidas para detener la contaminación. 

En el pueblo de Geovana, no es habitual que las mujeres jóvenes expresen sus opiniones en las reuniones públicas, unos espacios que suelen estar dominados por hombres. Por eso, cuando dio su opinión, muchos se sorprendieron por sus palabras, pero las apreciaron.  

“Necesitamos que la juventud aporte nuevas ideas”, señaló entonces un líder comunitario, lo que aumentó la confianza de Geovana.  

Jóvenes en la toma de decisiones 

La falta de oportunidades educativas y laborales obliga a muchos jóvenes del pueblo de Geovana a emigrar a las ciudades o a otros países en busca de trabajo y de una vida mejor. 

“No se ve a ningún joven en las reuniones, sólo gente mayor. En mi comunidad no hay jóvenes. La mayoría emigra a Brasil, Argentina y otros países”, explica. Para solucionar este problema, Geovana quiere animar a los y las jóvenes a convertirse en líderes para que puedan luchar por sus derechos. “Tenemos los mismos objetivos dentro de la comunidad”, nos dice.  

Geovana, una líder feminista 

Declararse feminista en una comunidad con tantos tabúes no fue una decisión fácil para Geovana, pero lo hace con mucho valor y siempre aclara que el feminismo no excluye a los hombres. 

“Es el momento de que las mujeres nos apoyemos entre nosotras, porque a veces la sociedad no lo hace. Cuando una mujer asume un cargo, no hay apoyo”, señala Geovana.  

“Empecé en este camino de liderazgo desde que me involucré con Plan International”, explica Geovana. “Fui una niña apadrinada durante casi cuatro años”. El programa de apadrinamiento de Plan International llega a más de 700 comunidades en Bolivia y apoya a unos 40.000 niños y niñas desde su nacimiento hasta los 18 años.  

Embarazo adolescente: un problema a erradicar 

Un problema importante que, según Geovana, frena a los jóvenes, sobre todo a las chicas, es el alto índice de embarazos adolescentes en su ciudad. Como explica, la situación es muy habitual. “Las chicas en esta situación se ven obligadas a abandonar la escuela”. 

El embarazo adolescente es una problemática que amenaza la vida y el bienestar tanto de las madres como de los hijos en Bolivia. La tasa de maternidad adolescente es de 62 por cada 1.000 nacimientos, una de las más altas de América Latina. La situación se agrava en las zonas rurales, donde las niñas tienen más probabilidades de sufrir pobreza y violencia. 

“Cuando intento hablar de estos temas con algunos padres, a veces se lo toman a mal”, nos cuenta Geovana. 

“En la ciudad donde vivo, estos temas siguen siendo tabú. Estamos luchando para que se reconozcan estos derechos”, afirma. 

“A menudo, los casos de abuso se siguen resolviendo fuera del sistema judicial”, dice Geovana. “Es nuestro deber compartir información sobre los derechos de las mujeres y denunciar ante las autoridades los casos de violencia que están penados por la ley”. 

Una líder y una luchadora 

“En la sociedad en la que vivimos se vulneran mucho nuestros derechos. Por eso, incluso las pequeñas acciones pueden romper tabúes y estereotipos”.  

Cuando preguntamos a Geovana qué espera hacer en el futuro, nos cuenta que uno de sus objetivos es llegar a ser concejala y, más adelante, alcaldesa de su municipio. Se trata de un reto importante para Geovana, ya que son muy pocos los municipios que cuentan con una mujer al frente.  

 “Quise presentarme a las últimas elecciones, pero muchas personas me aconsejaron terminar mis estudios primeros, y así he hecho”, nos cuenta, explicando que una vez que haya terminado su formación se presentará a concejala. “¡Mujeres al poder!”, grita con alegría. 

“Es el momento de cambiar, de trabajar juntas, todas, pensando siempre en la igualdad”, concluye Geovana.