Nepal, un país en el corazón del sur de Asia, es un lugar que encierra una mezcla de geografía diversa, cultura y una espiritualidad arraigada en sus tradiciones. Nuestra organización lleva trabajando en el país desde 1978 para que las comunidades tengan sus derechos garantizados.
El norte montañoso de Nepal es hogar de un espectáculo de la naturaleza: ocho de las diez montañas más altas del mundo se alzan majestuosamente aquí, incluyendo la famosa cumbre del Monte Everest.
Además, Nepal es un crisol de religiones y creencias. Aunque el hinduismo es practicado por la mayoría, el país también lleva el legado del budismo, pues es el lugar de nacimiento del Buda. Además, diversas comunidades étnicas practican otras religiones en armonía, lo que enriquece el tejido cultural del país.
La población es conocida por su sencillez, honestidad y amabilidad. Una sonrisa y una disculpa sincera son suficientes para resolver cualquier malentendido. No es necesario ser excesivamente formal, ya que la calidez y la sonrisa abierta son las monedas de la interacción cotidiana.
En Nepal, el saludo “Namaste” se convierte en una puerta de entrada a la cultura local. Con las manos juntas y los dedos extendidos hacia adelante, es un gesto cordial y respetuoso para decir “hola”, “buenos días”, “buenas tardes”, “buenas noches” y “adiós”.
Plan International en Nepal
Desde 1978, Plan International trabaja en el país para contrubuir a una transformación positiva. En un país donde las montañas desafían los cielos y las tradiciones arraigadas cuentan historias de generaciones, enfrentamos el reto con determinación. En colaboración con socios locales, llevamos a cabo programas que destilan impacto en 11 distritos.
En Nepal, grupos minoritarios enfrentan una vulnerabilidad que no puede pasarse por alto. Las niñas y mujeres, todavía encuentran sus sueños limitados por barreras sociales y normas de género.
En las zonas rurales, un 43% de las niñas se ven forzadas a convertirse en novias antes de ser adultas, y más de 1,6 millones de niños y niñas no tienen acceso a la educación. En el camino hacia niveles educativos superiores, las niñas enfrentan desafíos adicionales, mientras que la infancia con discapacidad a menudo lucha por acceder a atención médica adecuada.
Nuestro trabajo se centra en:
Brindar igualdad de oportunidades a cada niño y niña en sus comunidades.
Acabar con la violencia que afecta a niñas y mujeres.
Garantizar que las niñas puedan tomar decisiones informadas sobre su salud sexual y reproductiva, capacitándolas para un futuro más saludable.
Fortalecer la resiliencia de las comunidades, brindando herramientas para enfrentar los desafíos que traen los desastres naturales.