Antes de quedarse embarazada, Khamkeo, de 20 años, se preguntaba por qué tantas mujeres de su aldea recorrían largas distancias hasta el hospital provincial en lugar de acudir al centro de salud más cercano. Pero fue durante su propio embarazo cuando empezó a comprender sus motivos.
Al hablar con otras mujeres —algunas que habían dado a luz en casa, otras en el hospital y otras en el centro local— descubrió los desafíos que muchas enfrentaban para acceder a una atención materna de calidad.
El centro de salud más cercano era el único disponible en su zona de Saravan, en el sur de Laos. Pero el edificio era viejo, estaba sucio y mal gestionado. Quienes podían permitírselo viajaban al hospital provincial, a pesar del largo trayecto. Otras, daban a luz en casa sin asistencia profesional, poniendo en riesgo su salud y la de sus bebés.
“Muchas veces le pedí a mi esposo que me llevara al hospital, aunque fuera difícil recorrer el camino de tierra estando embarazada”, recuerda Khamkeo. Las malas condiciones no solo afectaban a las pacientes, sino también al personal sanitario.
“La falta de espacio, el equipo limitado y las carencias en formación médica hacían difícil ofrecer una atención adecuada”, explica Lattana Khamkhoun, subdirectora del centro. “Tomó tiempo ganarnos la confianza de la comunidad”.
Frente a estos desafíos, Plan International, en colaboración con la oficina sanitaria del distrito de Saravan y con financiación del gobierno australiano, invirtió en una renovación completa del centro, que fue entregado oficialmente a la comunidad en 2021.
Además de mejorar la infraestructura, el personal fue capacitado en prácticas modernas, como el enfoque de los mil días, el cuidado prenatal, el modelo de “amigo verdadero” y la gestión del centro.
“Después de asistir a varias formaciones, comprendí que ofrecer un entorno amigable y de apoyo es tan importante como tener habilidades médicas”, afirma Lattana.
Los trabajadores sanitarios comenzaron a involucrarse activamente con la comunidad, especialmente con mujeres embarazadas y madres recientes. Visitaron 11 aldeas para explicar los beneficios de la atención prenatal y animar a las familias a acudir al renovado centro de salud.
“A medida que avanzaba el embarazo y ya no podía viajar en moto, decidí visitar el nuevo centro”, dice Khamkeo, sorprendida por los cambios. “Me sorprendió lo limpio que estaba, los nuevos equipos y la amabilidad del personal”.
El año pasado, Khamkeo dio a luz de forma segura en el centro, lo que fortaleció su confianza. Desde entonces, acude allí con su hijo para las revisiones periódicas de salud y las vacunaciones.
“Los médicos son amables y sigo sus consejos sobre nutrición y cuidados. Estoy segura de que me haré los controles prenatales y daré a luz a mi próximo bebé aquí”, comenta.
Gracias al trabajo conjunto de Plan International, las autoridades de salud locales y el personal médico, las familias de la zona como la de Khamkeo ahora pueden acceder a una atención sanitaria cercana y de calidad. Esta iniciativa no solo ha mejorado las infraestructuras, sino que ha tenido un impacto real en la vida de muchas personas, garantizando que madres e hijos tengan un futuro más seguro y saludable.



