“Cualquier persona puede aprender si decide escuchar”

Aparentemente era un día más en la vida de Alice, que estaba charlando con sus amigos cuando una facilitadora de Plan International entró en el aula e invitó al alumnado a participar en el Generation Project”, una iniciativa que enseña educación financiera e igualdad a niños y niñas de los estados brasileños de Maranhão y Piauí. 

“Tenía 15 años y era mi primer año de secundaria. Estaba hablando con una amiga, quejándome del trato que reciben las niñas y las mujeres cuando terminan sus relaciones. Llamaron a la puerta del aula y la profesora nos presentó a Thayna Lima, la facilitadora del proyecto de Plan International”, recuerda Alice.  

“Nos habló del proyecto y de los temas en los que íbamos a trabajar. Recuerdo que intercambié miradas de sorpresa con mi amiga, como diciendo: ‘Seguro que esto es una señal. Tenemos que participar'”.  

Al principio Alice tenía dudas sobre estudiar finanzas porque la asignatura de matemáticas no era la que mejor se le daba. A su madre también le preocupaba que su hija no pudiera hacer frente a esta carga extra de trabajo. Al final, Alice llegó a la conclusión de que el proyecto podría servirle para ganar más confianza en matemáticas, así que, junto con dos amigas, aceptó participar en el proyecto. 

“Entonces surgió otro problema. Teníamos que convencer a más chicas para que participaran y así poder formar un club. Hablamos con nuestras amigas, les dijimos que sería útil e importante, que habría meriendas y que el curso podría formar parte del plan de estudios. Así construimos, poco a poco, el ‘Empower Club'”. 

Después vinieron otros retos. La pandemia obligó a readaptar el proyecto y a que las clases fueran online, pero Alice siguió adelante.  

“Empecé en 2020, el año de la pandemia, con clases y actividades a distancia con chicas y chicos de otros colegios. Una de las actividades que más guardo en mi corazón es el ‘Árbol de los sueños’, que era un ejercicio de autodescubrimiento. Me ayudó a entender qué me mantiene fuerte y los sentimientos que alimentan mis sueños”. 

Alice dice que, gracias al proyecto, está viviendo experiencias increíbles con las que nunca antes habría soñado.  

“En el Día de la Niña, asumí el cargo de secretaria de finanzas de forma simbólica. También fui a São Paulo para participar en un evento sobre sostenibilidad y finanzas en el que hablé ante un público grande. Además, ocupé un puesto en la embajada de Finlandia para la campaña GirlsTakeover”. 

Gracias a estas experiencias, Alice decidió desarrollar su propia marca de cosméticos y aromaterapia, la jabonería Cheiro Nordestino. 

“Nunca había pensado en ser empresaria, pero me puse a hablar con un amigo sobre la falta de productos para el cuidado de la piel en nuestra región, gracias al apoyo de Plan International, la jabonería despegó. Me hace feliz producir los jabones, los difusores, las velas y todo lo demás”. 

“Es emocionante recibir comentarios positivos. Me motiva a mejorar la calidad de los artículos en cada nueva producción. Cada vez que alguien dice ‘necesito más jabones de arcilla blanca’ soy muy feliz. Sé que estoy en el negocio correcto”, dice Alice. 

Aunque al principio su madre estaba preocupada, ahora está muy orgullosa de sus logros porque ha visto lo mucho que ha crecido en los últimos cuatro años.  

“Mi madre se ha convertido en mi mayor apoyo y me anima a seguir adelante y a construir mis sueños”. 

Ahora, con 19 años, Alice planea seguir con su negocio de fabricación de jabón mientras estudia para los exámenes de bachillerato. “Mis planes a corto plazo son hacer el examen de acceso a la universidad, aumentar el alcance de mi empresa a través de las redes sociales y dedicarle cada vez más tiempo. A largo plazo, quiero terminar la universidad y abrir una tienda física de mi marca”.