Rompiendo barreras: Jóvenes brasileñas lideran el camino hacia la igualdad de género

Anna Laura, Alícia, Wiviany y Regina son cuatro amigas de Codó, una ciudad en el noreste de Brasil. Se conocieron en una de las Escuelas de Liderazgo de Plan International, donde rápidamente formaron un fuerte vínculo. Ahora, como graduadas del programa, se han convertido en mentoras del proyecto, inspirando a otras chicas a seguir sus sueños y marcar la diferencia en sus comunidades. 

 

“Ser una líder no solo me enriquece, sino que también demuestra a todos que las chicas tienen un papel importante en la construcción de un futuro mejor”, dice Wiviany, de 18 años. “Mi experiencia me ha enseñado que el liderazgo no tiene género. Es una cualidad que todos deberíamos desarrollar”. 

En Brasil, el proyecto de la Escuela de Liderazgo de Plan International para chicas lleva funcionando desde 2016 con el objetivo de desarrollar habilidades para la vida, aumentar el conocimiento de sus derechos y mejorar sus habilidades. Las chicas, de entre 13 y 18 años, participan en reuniones semanales y tienen la oportunidad de visitar espacios de liderazgo como la Asamblea Legislativa, el Ministerio Público y los ayuntamientos. 

Anna Laura, de 16 años, ha sido mentora en el proyecto durante dos años y está comprometida con el empoderamiento femenino. “El proyecto ha cambiado mi vida y me ha ayudado a crecer como persona. También tuve la oportunidad de desempeñar el papel de defensora pública por un día en la Defensoría Pública de Codó”. 

Una vez formadas, las jóvenes actúan como agentes de cambio y defensoras de la igualdad de género y de los derechos de las niñas en sus comunidades. A través de actividades de sensibilización y talleres con adolescentes y jóvenes, más chicas recibirán la información que necesitan para tomar decisiones informadas sobre sus propias vidas y conocer sus derechos. 

Unirse al proyecto de la Escuela de Liderazgo de Plan International supuso un punto de inflexión en la vida de Wiviany. “El proyecto me ayudó a encontrar mi fuerza interior”, dice. “Ahora soy mentora y quiero mostrar a otras chicas que nunca deben limitar sus sueños. Deben continuar su lucha por la igualdad y la educación”. 

Desde pequeña, Wiviany era una lectora apasionada y dedicada a sus estudios. “Mis padres me inculcaron la importancia de la educación y el trabajo duro. En la escuela, era una estudiante aplicada que siempre quería aprender más. Hoy en día estoy estudiando para ser profesora y en el futuro quiero estudiar periodismo. Mi sueño es viajar por el mundo y enseñar a las niñas y niños pequeños”. 

A Alícia, también de 18 años, sus padres siempre la han apoyado en sus metas. “Desde niña, mis padres me enseñaron a perseguir siempre mis sueños, a ser independiente, fuerte, valiente y resiliente”. 

Este apoyo ha permitido a Alícia obtener resultados excepcionales en la escuela. “Estoy muy orgullosa de todo lo que he logrado hasta ahora y sé que aún hay más por venir”, dice Alícia, quien se unió a la escuela de liderazgo en 2022 y ahora es mentora de otras chicas que participan en el proyecto. 

“El proyecto me ha ayudado con muchos problemas. He pasado por algunos traumas en mi vida que afectaron mi salud mental. Tenía la autoestima, sufría ataques de ansiedad frecuentes, dificultad para socializar y era muy tímida, pero el proyecto me ayudó a levantarme”, explica Alícia. 

“Ahora me acepto tal como soy: segura de mí misma, extrovertida y una persona que disfruta interactuando, especialmente con otras chicas del proyecto. Siempre hablo con cada chica que conozco sobre la importancia del liderazgo y el empoderamiento, inspirándolas a seguir sus sueños y defender sus derechos en la sociedad”. 

Regina, de 17 años, se unió a la escuela de liderazgo en 2019 y desde entonces ha participado activamente en sus actividades. “Tratar con personas siempre ha sido una tarea agradable para mí, ya que me encanta enseñar, compartir conocimientos y ayudar a los demás. El proyecto me ha ayudado a comprender y gestionar una mezcla de personalidades, opiniones y experiencias, ya que chicas de todo el mundo viven experiencias similares”. 

Regina afirma que participar en el proyecto le ha ayudado tanto en su vida educativa como social. “Uno de mis objetivos, después de ser participante y mentora durante todos estos años, es desarrollarme en mi campo profesional. Mi trabajo soñado sería enseñar y ayudar a personas, especialmente a chicas y mujeres. Nada es imposible si no lo intentamos, y nosotras, las chicas y mujeres, podemos ser lo que queramos y ocupar el espacio que deseemos”. 

Estas palabras resuenan con fuerza en Wiviany, quien asegura que la vida es un viaje en constante evolución. “Estoy emocionada por lo que me deparará el futuro. La fuerza interior y la búsqueda del conocimiento son los pilares de mi camino, y estoy lista para abrazar las oportunidades que el mundo me ofrece y seguir siendo una joven fuerte e inteligente que crece continuamente”. 

Para Alícia, su objetivo es ver un mundo donde las chicas puedan superar todas las barreras que les impiden acceder a sus derechos. “Las chicas deben ser respetadas y escuchadas. Seguiré siendo fiel a mí misma y a mis principios hasta el final. Haré todo lo que esté a mi alcance para cumplir mis sueños y ayudar no solo a las chicas, sino a todos, a construir un mundo mejor, más igualitario y pacífico para todas las personas”.