Unidades móviles de protección infantil: esperanza para niñas refugiadas en Chad

Educación y protección en medio de la emergencia 

En los campos de refugiados de Adré, en la frontera entre Sudán y Chad, miles de niños y niñas sobreviven en condiciones extremas. A pesar del calor sofocante, su entusiasmo por aprender permanece intacto. En medio de tiendas improvisadas, repasan el alfabeto, cantan, juegan y ríen como si estuvieran en una escuela. 

Todo esto ocurre en las unidades móviles de protección infantil que Plan International ha puesto en marcha para apoyar a la infancia refugiada sudanesa. 

Un aula bajo la sombra 

Cada semana, educadores y animadores organizan sesiones divididas por edades. Mientras los más pequeños, de entre 5 y 7 años, aprenden letras, números y canciones jugando, un grupo de unas 40 adolescentes practica inglés y participa en actividades recreativas. 

Cerca de la tienda hay una gran explanada de arena donde muchas tocan un balón por primera vez jugando al voleibol. 

Al terminar, no tienen prisa por regresar a sus refugios. “A estos niños les encanta venir a nuestra unidad para aprender y divertirse. No tienen otro lugar adónde ir”, explica Eslam, uno de los animadores. 

Un espacio seguro para las adolescentes 

Por la tarde llegan las adolescentes a su sesión. El tema del día es sobre las relaciones de confianza: escriben a la persona en quien más confían y comparten con el grupo. Antes de despedirse, juegan al “loto”, un ejercicio para manejar el estrés. 

No sabemos todo lo que vivieron en su viaje a Chad a través del conflicto en Sudán, pero enseñarles técnicas de bienestar es clave. El efecto es inmediato: sus rostros se iluminan y se apoyan unas a otras. Antes no se conocían; ahora construyen lazos de amistad. 

Además, las unidades móviles ofrecen actividades de narración de cuentos, dibujo y danza, convirtiéndose en un lugar seguro y muy popular: nadie quiere faltar. 

Mujeres refugiadas al frente de la protección infantil 

Las unidades están dirigidas por mujeres refugiadas que facilitan las sesiones. Todas han recibido formación en protección y salvaguarda de Plan International Chad. 

“La formación nos ayudó a ganar confianza para operar las unidades”, cuenta Om Mahana, una de las animadoras. 

Pero el camino no ha sido fácil. “No quiero recordar los malos días. Pasamos tres días sin comer, llorando, sin conocer a nadie. La vida era demasiado dura”, recuerda Aiasha, enfermera y hoy líder de una de las unidades. 

Historias de resiliencia en Adré 

En Adré, cada refugio improvisado guarda relatos de pérdida y resistencia. Veo a niños cargando agua, madres cocinando con lo mínimo, jóvenes limpiando el entorno y hombres buscando empleo en el mercado. La malaria y la desnutrición se extienden. 

Desde mayo de 2023, Plan International ha respondido a la crisis en Adré, llegando a más de 12 400 refugiados y comunidades de acogida —el 58 % mujeres y niñas— con programas de educación y protección infantil. 

Actualmente, Adré acoge a 237 000 refugiados, más del 90 % mujeres y niñas. El campamento está superpoblado y las condiciones son extremadamente duras, con comida, agua y refugio muy limitados. 

Sueños que no deben romperse 

Las niñas que asisten a las unidades móviles sueñan con un futuro mejor: 

  • Monira, de 12 años, quiere ser doctora, aunque lleva un año sin ir a la escuela. 
  • Retij, también de 12 y estudiante de 5.º curso, comparte el mismo objetivo. 
  • Fatima, de 15, afirma: “Aquí no hay guerra, pero vivir en Adré es lo más difícil”. 
  • Mehad, de 16, perdió a parte de su familia cruzando un río. Quiere ser cirujana, pero teme no poder lograrlo sin educación en el campamento. 

Al caer la tarde, las chicas cantan una canción de esperanza sobre la continuidad de la educación. En medio del caos, sus risas traen un momento de alegría muy necesario. 

Aumentar las unidades móviles, un reto urgente 

Actualmente Plan International tiene cinco unidades móviles de protección infantil en funcionamiento en Adré. Desde septiembre de 2024 han beneficiado a unas 5000 personas, principalmente niñas y mujeres jóvenes. 

Pero aún son insuficientes frente a la magnitud de la crisis. Plan International necesita más recursos para ampliar esta respuesta y garantizar que miles de niñas refugiadas en Chad puedan aprender, jugar y construir un futuro mejor.