Burkina Faso, en la región de Sahel, está sufriendo una de las crisis de desplazamiento de más rápido crecimiento del mundo. Más de un millón de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares. Alrededor de 50.000 niños y niñas participan en nuestro programa de apadrinamiento. De ellos, más de 2.000 han tenido que abandonar sus hogares.
Desde que comenzó la crisis en 2015, cientos de aldeas han sufrido ataques, los profesores y profesoras han sido amenazados y las escuelas saqueadas. En un país de 21 millones de habitantes, más de un millón de personas se han visto obligadas a dejar sus vidas atrás. Una de ella es Larissa, una niña apadrinada de 13 años, que, junto con su familia, ha tenido que pasar varios meses viviendo en un campamento para personas desplazadas.
Cuando Larissa pudo regresar a su pueblo, encontró entre sus pertenencias algunas cartas de su madrina. “Gracias a Plan International, conocí a un amigo japonés. Llevamos seis años escribiéndonos cartas. Estoy feliz por ello”.
Sentada junto a su madre y su tía, Larissa lee en voz alta la última carta que recibió de su madrina. “Es primavera en Japón. El tiempo es más cálido, pero la semana pasada tuvimos nieve…”
A Larissa se le hacía un nudo en la garganta al recordar la terrible noche en que tuvieron que huir de su pueblo. “Una noche escuchamos disparos y mi padre vino a buscarnos. Nos mandó escondernos en la colina. Aquella noche, no pudimos dormir”.
En octubre de 2019, su pueblo sufrió un ataque que acabó con la vida de 9 personas. Toda la familia de Larissa huyó a Kongoussi, situado a unos diez kilómetros. Junto a ella, decenas de miles de personas se vieron afectadas por esta misma situación.
La principal preocupación de Larissa era poder continuar con sus estudios: “en el otro pueblo, no sabía si podría volver a la escuela. Entonces un facilitador de Plan International me dijo que se había construido una escuela para los niños y niñas desplazados. Eso me hizo recuperar la ilusión de nuevo”.
Semanas más tarde, familias de niños y niñas apadrinados como la de Larissa, recibieron el apoyo de Plan International para cubrir los gastos sanitarios, construir un refugio, donaciones de suministros básicos y apoyo para la protección y la prevención de la Covid-19.
Según Anasthase Ouédraogo, Coordinador de Apadrinamiento, el objetivo era apoyar a los niños y niñas apadrinados allí donde estuvieran. “Para Plan International era urgente localizar a los niños y niñas apadrinados que habían sido desplazados para poder prestarles asistencia”.
Todo el personal de Plan International se movilizó para intentar localizar a los y las apadrinadas. Cuando les encontramos, les ofrecimos asistencia y también a sus familias. Han vivido una situación muy difícil.
Después de pasar unos meses viviendo en el campamento para desplazados internos de Kongoussi, Larissa y su familia regresaron a su pueblo natal. El padre de Larissa asegura que su hija continúa con sus estudios.
En marzo de 2021, el pueblo de Larissa fue atacado de nuevo por hombres armados que secuestraron a un miembro de la comunidad. Plan International confirmó que todos los niños y niñas apadrinados de la comunidad estaban a salvo y que sus familias no se vieron afectadas.