TRANSFORMANDO COMUNIDADES PARA MEJORAR LAS OPORTUNIDADES DE LA INFANCIA EN ZIMBABUE

En Plan International llevamos desarrollando programas en Zimbabue desde 1986 con el fin de abordar las causas profundas que provocan la discriminación hacia la infancia. Nuestro trabajo, impulsado por las comunidades, contribuye a que los niños vulnerables, y especialmente a las niñas, tengan garantizados sus derechos y puedan influir en la toma de decisiones que les afectan a ni nacional, regional e internacional.

Zimbabue es un país sin litoral situado en África central meridional, en pleno trópico, que limita al noroeste con Zambia. Se estima que su población alcanza los 15,1 millones de habitantes, con una tasa de crecimiento anual del 1,5 %. De esta población, el 65 % vive en zonas rurales y el 40 % tiene menos de 18 años. La esperanza media de vida es de 62 años, según un informe de la Organización Mundial de la Salud publicado en 2020. 

La mayoría de los habitantes de Zimbabue son de origen bantú; el 76 % pertenece a diversos grupos shona y el 18 % son de origen ndebele. El resto se divide entre batonga, shangaan, venda y europeos. Tras la independencia en 1980 y el programa de reforma agraria en 2001, la población europea no ha parado de disminuir. 

La lengua oficial, utilizada en los procedimientos gubernamentales, jurídicos y comerciales, es el inglés; no obstante, solo es la primera lengua del 2 % de la población. El resto de la población es hablante nativo de una lengua bantú, de las que las dos más destacadas son el shona y el ndebele. Zimbabue tiene 16 lenguas oficiales. 

PLAN INTERNATIONAL EN ZIMBABUE

Nuestra organización tiene una presencia en las diez provincias que conforman el país. Los principales focos de nuestro trabajo se centran en: 

  • Garantizar a los niños, y especialmente a las niñas, el acceso a una educación básica inclusiva y de calidad.  
  • Ofreciendo a los y las jóvenes las habilidades y conocimientos necesarios para que puedan ganarse la vida y romper el círculo de la pobreza. 
  • Garantizar que los niños, especialmente las niñas y adolescentes, crezcan protegidos frente a cualquier forma de abuso, de modo que puedan participar en la sociedad con seguridad y confianza. 
  • Apoyar a los y las jóvenes para que accedan a información sobre salud sexual y reproductiva.