El Dr. Unni Krishnan, Director Mundial de Ayuda Humanitaria, afirma que si se adoptan estas 10 medidas en una fase temprana de respuesta y recuperación tras un terremoto, se puede minimizar el daño a los grupos vulnerables, incluidas las niñas, niños y adolescentes.
Los terremotos y réplicas que sacudieron Siria y Turquía han causado miles pérdidas humanas. La vida nunca volverá a ser la misma para los supervivientes.
He trabajado en primera línea, a menudo durante las primeras horas tras terremotos catastróficos en India, Nepal, Japón, China, Turquía y Haití, entre otros. Mientras trabajaba codo con codo con el personal local de emergencias, he recogido consejos de las comunidades locales, los funcionarios públicos y, a menudo, de los niños y niñas.
Comparto aquí lo que he aprendido sobre cómo responder tras un terremoto:
1. Escuchar los consejos y aprovechar los conocimientos locales.
Los voluntarios locales son siempre los primeros en responder, a veces los únicos. Son los verdaderos héroes en todos los terremotos. El papel de las comunidades locales, especialmente de los niños, niñas y jóvenes, a la hora de salvar vidas durante las primeras horas y días en una zona sísmica es fundamental.
La población local suele saber más rápidamente qué puentes se han derrumbado y qué carreteras están bloqueadas tras una catástrofe natural, incluso más que los satélites y los sistemas de navegación.
2. Los niños y niñas necesitan atención prioritaria.
Los niños y niñas suelen ser los más vulnerables en los terremotos. Los que han perdido a sus padres, que están separados de su familia y amigos y desplazados de sus hogares, las niñas y los niños LGBTIQ+ son más vulnerables al acoso, el abuso y la explotación.
Los esfuerzos de socorro deben dar prioridad a los niños y a los más vulnerables, como las niñas desplazadas.
3. No ignorar las réplicas.
Pueden derribar edificios que han quedado comprometidos y causar muchas más pérdidas.
4. Hay que atender las necesidades “invisibles”.
Los esfuerzos de búsqueda y rescate deben ser la máxima prioridad, junto con la asistencia médica vital, los alimentos, el agua potable y el saneamiento, las mantas para combatir las condiciones climáticas gélidas en las primeras horas y días. Sin embargo, algunas necesidades son menos visibles, como las de salud mental. Si no se atienden, los problemas psicológicos pueden dejar cicatrices duraderas en las mentes jóvenes. Es fundamental atender las necesidades de salud mental de los jóvenes supervivientes desde el primer día.
Además, los terremotos pueden causar fracturas de columna, cadera, huesos y piernas. Si no se atienden, pueden provocar daños permanentes. Ofrecer servicios de fisioterapia a nivel comunitario puede cambiar la vida de los supervivientes del terremoto.
5. La información correcta salva vidas.
La información correcta en el momento adecuado ayuda a las labores de rescate. Mientras trabajaba en Sendai, Japón (tras el terremoto submarino y el tsunami de 2011), fui testigo de cómo un grupo de estudiantes gestionaba un quiosco de información. Su tablón de anuncios ofrecía información como dónde conseguir calefactores y mantas. Un salvavidas para muchos.
6. Las decisiones rápidas y un buen liderazgo pueden hacer o deshacer los esfuerzos de recuperación.
Cada momento es una prueba de fuego para el liderazgo en situaciones de crisis. Cada momento es también un nuevo comienzo para cambiar el curso de los esfuerzos de socorro. La rapidez es una característica muy valiosa en la respuesta a las crisis. Los gobiernos deben escuchar a los supervivientes a la hora de diseñar los planes de ayuda y recuperación.
7. Tratar a las personas con dignidad.
Una zona afectada por un terremoto no es el lugar adecuado para enviar ropa vieja y medicamentos caducados. Un enfoque humanitario basado en principios consiste en responder a las necesidades reales de los y las supervivientes, no en suministrar lo que nos sobra.
La asistencia en efectivo y con vales se ha convertido en el modo preferido y más eficaz de asistencia de emergencia en la mayoría de los contextos de ayuda. A veces, los supervivientes tienen necesidades sencillas, pero a la vez importantes, como conseguir gafas de repuesto cuando han sido dañadas.
Si encuentras un desajuste entre tus esfuerzos y capacidades y las necesidades reales de la gente, considera siempre la posibilidad de que otros puedan ser más adecuados para ese trabajo.
8. La preparación ante los terremotos es vital para salvar vidas.
Un dólar invertido en reducción del riesgo de catástrofes y preparación no tiene precio cuando se produce una catástrofe. Los gobiernos y los donantes deben hacer un esfuerzo aún mayor e invertir para construir comunidades resistentes. Los edificios en mal estado pueden cobrarse muchas vidas. Es vital reforzar y hacer más seguros los colegios y hospitales de las zonas de riesgo.
Las comunidades desfavorecidas son las más afectadas por las crisis y la pobreza multiplica el sufrimiento. Las inversiones a largo plazo dirigidas a las causas profundas de la pobreza son fundamentales para construir comunidades resilientes.
9. Los cooperantes son primero seres humanos y después trabajadores humanitarios.
A menudo son un grupo al que se presta menos atención en medio de plazos imposibles y prioridades contrapuestas. Proporcionar atención y apoyo, acceso seguro y transporte, y garantizar el bienestar de los cooperantes es vital.
10. La recuperación será un maratón, no un sprint
La recuperación llevará tiempo. Se han perdido miles de vidas y miles más han cambiado irrevocablemente. Plan International se une a nuestros socios locales en Siria y estará presente para abordar y responder a las necesidades de niños, niñas, mujeres jóvenes y sus familias a medida que se revele la verdadera magnitud de este desastre.