Nos llegan testimonios de trabajadores de Plan International en Ecuador, informan de una situación devastadora, con cuantiosos daños personales y materiales, tras el terremoto que afectó a la ciudad costera del norte de Muisne en Ecuador el sábado.
El terremoto de 7,8 grados en Ecuador se ha cobrado hasta ahora la vida de más de 500 personas y hay más de 4.600 heridos.
Plan International trabaja en 4 de las 6 provincias en las que se ha declarado el estado de emergencia: Manabí, Guayas, Los Ríos y Santa Elena.
Nuestras prioridades se centran en facilitar asistencia inmediata a las niñas y los niños y las familias afectadas , incluyendo agua potable, refugio y kits de emergencia, así como en garantizar protección a la infancia y educación en situaciones de emergencia.
“Las casas se derrumbaron ante mis ojos”
“Me encontraba en el centro de la ciudad de Manabí cuando se produjo el terremoto. Vi cómo las casas se movían y la mayoría de ellas se derrumbaron ante mis ojos. La situación era desesperada.
Tuve que calmar a la gente de mi alrededor. Todo el mundo estaba en pánico. Era muy difícil huir a espacios abiertos porque había escombros por todas partes.”
“Todo el mundo ha pasado la noche con miedo en espacios abiertos”
“Hasta hora, tres de nuestros compañeros que trabajan en Plan International han perdido a familiares; uno de ellos, incluso, ha perdido a su hijo y a su nieto.
La mayoría de nuestras casas han quedado dañadas. Todo el mundo ha pasado la noche con miedo en espacios abiertos como parques, plazas y zonas de seguridad designadas. La mayoría de nosotros no pudimos dormir.
Plan International ha proporcionado tiendas de campaña a la municipalidad local para que las personas afectadas tengan un refugio seguro.”
“El terremoto se sintió con fuerza incluso en Quito”
“Bajé ocho pisos corriendo, temblando, todo mi cuerpo tiritaba. Las calles de mi barrio residencial, que por lo general son tranquilas, estaban llenas de vecinos conmocionados y confusos.”
“Nunca antes había vivido algo así”
“Por suerte, todos los empleados de la oficina de Guayas están bien. Nos han informado sobre los daños que han sufrido las casas.
El terremoto ha sido fuerte, muy fuerte. Nunca antes había vivido algo así. Al principio, todo era un caos porque no podíamos comunicarnos con nuestro personal local ya que no había cobertura.
Todavía estamos intentando ponernos en contacto con algunos compañeros para asegurarnos de que se encuentran bien. También estamos hablando con los voluntarios para que valoren los daños sufridos por las comunidades en las que trabajamos.
Ahora mismo, los equipos de emergencia de Plan International están en contacto con el Gobierno y los cuerpos de respuesta ante desastres a nivel local para proporcionar el apoyo necesario.”
“Se formó un caos total”
Aquí en Santa Elena el terremoto no ha sido tan grave como en Manabí o Esmeraldas, pero aun así se ha notado mucho. Lo peor fue que, aunque se proporcionó información oficial, la gente comenzó a entrar en pánico porque temían que hubiese un tsunami. Se formó un caos total y la gente huía de sus hogares. Hay mucho miedo y sensación de alarma en general. Las carreteras están colapsadas y la gente a penas se puede desplazar.
Ahora estamos visitando las casas dañadas con las autoridades locales. Como Santa Elena es una provincia muy amplia, todavía estamos recibiendo información sobre las comunidades afectadas.
Hemos visto gente fuera de sus hogares con sus colchones y pertenencias porque no quieren que se las roben o las pierdan si hay más terremotos y sus casas se derrumban. Ahora mismo, estamos distribuyendo tiendas de campaña, pero todo está en la calle.
Estamos evaluando la situación para empezar a colaborar con las autoridades locales y ser así más eficaces.
Ante esta situación de emergencia, uno de los terremotos más intensos en la zona, nuestro equipo está trabajando para paliar las consecuencias de esta terrible catástrofe.
Si puedes, ayuda a los niños y niñas afectados AQUÍ, necesitan apoyo urgente.