El 30 de julio es el Día Mundial contra la Trata, un delito que explota a mujeres, niños y hombres con numerosos propósitos, incluidos el trabajo forzoso y el sexo. Aicha, de 16 años, fue víctima del tráfico infantil. Ésta es su historia.
“Una mujer me llevó a una pequeña ciudad de Nigeria. Pensé que me quedaría con ella para ayudarla con las tareas domésticas… pero en lugar de eso, me dejó en otra casa donde trabajaba de 4 de la mañana a 11 de la noche cada día: cuidando de los niños, limpiando, haciendo la colada… Aquella mujer prometió que volvería a por mí, pero sólo venía para recoger mi salario y se marchaba con él.
Durante los tres años que pasé en esa casa, nunca salí: estaba encerrada allí dentro, en un recinto vallado y tras una puerta cerrada con llave. No podía hablar con nadie y me sentía completamente ahogada. Esto frenó el curso de mi vida y detuvo en seco mi crecimiento.
En todo ese tiempo, no recibí nada de la gente para la que trabajaba. Cuando logré escapar me encontré con las manos vacías, sin ropa, sin dinero, sin nada. Regresé a mi pueblo sintiéndome avergonzada por la experiencia que había tenido, viéndome demasiado mayor para retomar mi educación — todos mis amigos habían avanzado en la escuela mientras que yo me había quedado muy atrás.
Entonces me dije que nunca debí haber pasado por aquella situación. Si cualquiera de mis hermanas quisiera aceptar lo que yo acepté en su día y marcharse de casa así, les diría que no merece la pena y las convencería de que lo mejor es que continúen estudiando. Eso es lo que yo debería haber hecho.
Ahora me esfuerzo por concienciar a los miembros de mi comunidad contra el tráfico infantil, y he participado en vídeos con otros jóvenes de mi localidad para explicar que no debemos ceder ante la trata.
Gracias a Plan International, me estoy formando como modista. Ellos me apoyan en este proceso de aprendizaje y permanecen a mi lado asegurándose de que todo va bien. Cuando termine la formación, quiero crear mi propio taller”.
En 2013, Plan International en Togo puso en marcha su proyecto de Lucha contra el Tráfico Infantil a través de la Educación y la Formación Profesional, cuyo objetivo es apoyar a las niñas y niños vulnerables y a las víctimas de tráfico infantil a través de la escuela y la formación profesional. Además, el programa refuerza la capacidad de las comunidades y los más jóvenes de prevenir los casos de trata de niñas y niños en las diferentes localidades.