En Plan International, nos hemos fijado un ambicioso reto para los próximos cinco años. Nos uniremos a millones de aliados para conseguir algo increíble. Trabajaremos para que 100 millones de niñas puedan aprender, liderar, decidir y prosperar.
Niñas como Jacqueline, que fue obligada a pasar los últimos siete años de su infancia como trabajadora sexual. Tras pasar por nuestro programa de formación, ha podido aprender un nuevo oficio para ser electricista.
Nkatha tenía 9 años cuando su abuela la sujetó para que la mutilaran sexualmente. Ahora que tiene 16 años se siente enfadada, le duele lo que le hicieron.
“Me siento mal porque no sé por qué se llevaron esa parte de mi cuerpo”, decía. “Ya no hay nada que pueda hacer para cambiar el pasado. ¿Por qué a mí?”.
Estas violaciones de derechos a las que han tenido que hacer frente Jacqueline y Nkatha son muy comunes. Hay millones de niñas como ellas a las que podemos empoderar para que consigan sus derechos.
Aún no sabemos quiénes son. O qué necesitan. Pero lo sabremos, ese es nuestro reto. Al fin y al cabo, tenemos 100 millones de razones por las que actuar.
Acción a muchos niveles
Atajaremos las causas fundamentales y subyacentes que generan la desigualdad de las niñas. Trabajaremos en las comunidades, las regiones y los países.
Con nuestro trabajo en las comunidades, cambiaremos las actitudes, normas y comportamientos que niegan a las niñas sus derechos. Asimismo, presionaremos para conseguir cambios en las leyes, políticas y presupuestos nacionales para conseguir mejorar, a mayor escala, la vida de estas niñas.
Pero no lo podemos lograr solos. Solo podemos empoderar a niñas como Jacqueline y Nkatha si la gente se moviliza con la misma pasión que nosotros para crear un mundo más justo para las niñas.
Si el camino para conseguir la igualdad de género real sigue a este ritmo, necesitaremos décadas para lograr que las niñas y los niños sean tratados por igual. Esto tiene que cambiar y no hay tiempo que perder.
Ha pasado un año desde la aprobación de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y su compromiso de no dejar a nadie atrás, así que tenemos una oportunidad real para conseguirlo. Todos los gobiernos del mundo se han comprometido a conseguir un cambio real y sostenible y nosotros haremos lo posible porque cumplan su promesa.
Las niñas al poder
Sabemos que las niñas tienen el poder de cambiar el mundo. Por eso son el principio y el centro de nuestro reto, no como receptoras pasivas, sino como agentes activas del cambio. Son las propias niñas las que alzan la voz y piden baños separados con pestillo en el colegio para poder ir a clase sin miedo de ser acosadas o agredidas.
Son ellas las que luchan por convertirse en líderes en su comunidad y poder llegar a ser presidentas algún día. Son las adolescentes las que se manifiestan en defensa de los derechos de las niñas, uniendo su voz a las de aquellos que piden el cambio.
Son niñas como Nkatha. Siendo ahora más consciente de los peligros de la mutilación genital femenina, Nkatha quiere que las autoridades y organizaciones como Plan International protejan a las niñas de las prácticas dañinas que violan sus derechos.
“Espero que mi hermana pequeña no tenga que pasar por lo que yo pasé”, dice Nkatha.
Las niñas estan pidiendo un cambio. Nosotros las animaremos y protegeremos y llevaremos su inspiración a personas de todo el mundo para que se unan a ellas.