Acabar con el acoso callejero en Egipto

El 99% de las mujeres y niñas de Egipto han experimentado algún tipo de acoso sexual.

En muchas ocasiones se culpa a las víctimas de estos actos debido a la ropa que usan o la manera en que se comportan. Por eso es indispensable involucrar a los niños, los hombres del mañana, en proyectos que transformen las relaciones de poder y acaben con los estereotipos de género.

Desde 2015 el proyecto ‘Ciudades Seguras’ ha trabajado con unos 400 jóvenes y niños para desafiar su actitud hacia las chicas y promover interacciones seguras entre ellos para favorecer a una cultura de respeto y confianza mutua.

Vamos a conocer a tres de los chicos que participan en este proyecto:

Ahmed, de 17 años.

Ahmed no se avergüenza de admitir que ha acosado a chicas. En Khairallh, donde vive con su familia, se considera que las mujeres son culpables si salen de casa sin un hombre o con la cabeza descubierta. Sin embargo, después de participar en el programa ‘Ciudades Seguras’ ve las cosas de manera distinta.

En el club semanal de chicos al que asiste Ahmed, utiliza el deporte y las artes para desafiar los estereotipos de género y proporciona un espacio donde los jóvenes pueden hablar abiertamente del acoso. “Tuvimos un partido de fútbol con equipos mixtos”, dice Ahmed, “no había imaginado que las chicas pudieran jugar fútbol en absoluto, pero algunas jugaban mejor que nosotros. Mis percepciones sobre las chicas comenzaron a cambiar. Empecé a darme cuenta de que ellas tienen mucho potencial”.

Mohamed, 16 años.

“No permitía que mi hermana saliera sola de casa y, si lo hacía, le ​decía a mi padre que la golpeara”, comenta Mohamed.

La idea del proyecto es que los niños aprendan a respetar a las niñas aprendiendo más sobre ellas y de lo que son capaces si las dejan. Mohamed aprendió que las niñas tienen derecho a expresar sus opiniones, a recibir educación y a poder caminar la calle de forma segura.

“Claramente hay discriminación contra las niñas en mi comunidad”, dice Mohamed. “A los niños se les permite hacer lo que quieran. Pueden salir, ir a la escuela todo el tiempo que quieran, tener más libertad… A las niñas se las mantiene en casa y las obligan a abandonar la escuela temprano”.

Hassan, 14 años

“Ahora me siento mal cuando veo casos de acoso en la calle”, dice Hassam que lleva 6 meses participando en el proyecto. “Nunca me había pasado antes de comenzar en ‘Ciudades Seguras’ porque pensaba que las mujeres eran inferiores y que yo era mejor que ellas”.

En el club semanal de niños, Hassan pasa tiempo con niñas que no son de su familia. Pueden hacer juegos y discutir sobre los peligros de su comunidad. “Ahora, no entiendo por qué a las niñas se las trata de manera diferente que a los chicos. Quiero que mi hermana sea libre cuando sea mayor”, añade Hassam.