Las niñas y chicas jóvenes enfrentan problemas relativos a la disponibilidad y accesibilidad de servicios sanitarios.
Plan International, organización que lucha por un mundo justo y la igualdad de las niñas, destaca en el Día Mundial de la Salud la importancia de que todos los niños, niñas y jóvenes, particularmente las niñas, tengan acceso a servicios de salud de calidad que ofrezcan información correcta y atención médica adecuada a sus necesidades específicas; así como la necesidad de que toda su comunidad comprenda cómo el acceso a la salud puede mejorar la vida de las personas jóvenes.
En muchos lugares del mundo, los niños, niñas y adolescentes enfrentan problemas relativos a la disponibilidad y accesibilidad de servicios sanitarios y las niñas y chicas adolescentes suelen estar en desventaja en cuanto al acceso a servicios de salud de calidad que aborden sus necesidades específicas en distintos momentos de sus vidas, lo que limita sus posibilidades de recibir educación, conseguir una mejor calidad de vida para ellas y sus familias, participar en la toma de decisiones sobre asuntos que les afectan y liderar el cambio en sus comunidades.
En la primera infancia
Los primeros años de vida son los más importantes en el desarrollo de la persona. Es un momento crítico en el desarrollo neuronal y se establecen bases sólidas que sustentan su crecimiento; para ello, el cerebro necesita nutrición, estimulación y cuidados para alcanzar todo su potencial. Sin embargo, cada año 200 millones de niños y niñas menores de cinco años en países de ingresos bajos y medios no alcanzan todo su potencial de desarrollo cognitivo. Alrededor del mundo un millón de niños y niñas mueren el mismo día de su nacimiento y 2,7 millones en el primer mes de vida.
Isanding vive con su madre, Estelle, en Camerún, donde el conflicto armado ha afectado la actividad agrícola ocasionando la escasez de alimentos. Afortunadamente, Isanding ha participado en un programa que mantiene Plan International en colaboración con el Programa Mundial de Alimentos: “Mi bebé estaba enferma y pálida, pesaba menos de nueve kilos. Pero gracias al apoyo y seguimiento que hemos recibido del programa de alimentación, hoy está saludable y pesa 11 kilos”, explica Estelle.
En la pubertad
Aunque la menstruación ocurre cada mes para más de 2.000 millones de niñas y mujeres en todo el mundo y puede llegar a ser dolorosa, en muchos lugares la sociedad ha hecho a las chicas sentirse sucias y avergonzadas por menstruar. Además, debido a la falta de compresas y el acceso a servicios limpios y seguros, las chicas y mujeres no pueden asistir a la escuela y al trabajo y se ven obligadas a gestionar la menstruación de manera improvisada, lo que puede ocasionar infecciones.
Concienciar sobre las dificultades que enfrentan las chicas para gestionar la menstruación, acabar con los tabús y garantizar el acceso a servicios que ofrezcan seguridad y privacidad en todas las escuelas tendría un impacto enorme y duradero en las vidas de las niñas y ayudaría a romper con el círculo intergeneracional de la pobreza.
Pauline tuvo su primera menstruación hace tres años, en la escuela, y no tenía ni idea de lo que estaba ocurriendo. Nunca había escuchado nada al respecto así que se sintió horrorizada de encontrar su falda empapada en sangre delante de todos sus compañeros.
“Los chicos empezaron a reírse, me sentí avergonzada” Recuerda. Los niños de su escuela en una zona rural de Uganda le decían a su profesora “parece que la hubieran violado” cuando veían las manchas de sangre en las faldas de las chicas.
“No volví a la escuela por dos meses, sólo por el miedo de ser acosada por mis compañeros” dice Pauline. Es por eso que Plan International implementó el programa Campeones del Cambio para atacar los mitos y la vergüenza alrededor de la menstruación a través de la educación e involucrar a niños y niñas en la confección de compresas sanitarias reusables, accesibles y buena calidad. De esta manera ambos entenderán que la menstruación no debe ser una fuente de vergüenza.
En la adolescencia
Cada año, 7.3 millones de niñas quedan embarazadas antes de cumplir los 18 años y unos dos millones dan a luz antes de cumplir los 15. El matrimonio infantil forzado y la falta de acceso a servicios de salud y educación sexual y reproductiva son unos de los factores que más inciden en las tasas de embarazo adolescente. Además, las niñas y adolescentes en contextos de emergencia y crisis humanitarias sufren un mayor riesgo de quedar embarazadas.
Las niñas que quedan embarazadas a una edad temprana corren mayores riesgos de padecer mortalidad y morbilidad materna. El embarazo durante los primeros años después de la pubertad aumenta el riesgo de aborto espontáneo, obstrucción del parto, hemorragia posparto, hipertensión relacionada con el embarazo y afecciones debilitantes durante toda la vida, como la fístula obstétrica. Tener hijos muy jóvenes también significa que las mujeres y las niñas son más vulnerables a otros resultados negativos para la salud materna por los partos frecuentes, los embarazos no planeados y los abortos inseguros. Embarazo precoz
Además, Los bebés que nacen de madres adolescentes tienen más probabilidades de nacer muertos, prematuros o con bajo peso y corren mayor riesgo de morir en la infancia, debido a la corta edad de la madre. Este riesgo se agrava por la falta de acceso a la información y los servicios de salud sexual y reproductiva integrales.
Silma tiene 16 años y vive en la zona costera de Nicaragua, uno de los países con mayor tasa de embarazo adolescente en América Latina. Ella tuvo su primera hija a los 14 años, después de que su novio se negara a utilizar preservativo. Desde que le dijo que estaba embarazada no ha vuelto a verlo ni tener noticias de él.
Con el apoyo de Plan International, los jóvenes de Nicaragua están teniendo conversaciones francas sobre los riesgos del embarazo adolescente y cómo prevenirlo. Además, la organización apoya a jóvenes como Silma para que continúen sus estudios mientras crían a sus hijas: “Recomiendo a las adolescentes que se eduquen sobre cómo evitar el embarazo, ninguna joven debería hacer lo que yo hice, ya que el embarazo adolescente puede tener consecuencias para toda la vida. He tenido mucha suerte de contar con tanto apoyo y quiero utilizar mi experiencia para para ayudar a otras chicas de mi comunidad” dice Silma.
En la maternidad
Cada día, más de 800 mujeres mueren de causas prevenibles relacionadas con el embarazo y el parto. 99% de esas muertes ocurren en países en desarrollo y la mayoría están relacionadas con complicaciones durante el parte que podrían haber sido evitadas mediante el acceso a servicios ginecológicos básicos.
En países con alta mortalidad materna, el acceso a servicios de salud maternal puede verse influenciado por la situación de igualdad de género en la comunidad y el nivel socioeconómico de las mujeres. En Haití, por ejemplo 630 mujeres mueren en cada 100.000 partos, la tasa más alta de la región.
Plan International entregó a la comunidad una ambulancia completamente equipada para salvar las vidas de las madres y sus bebés recién nacidos. Nadya, de 28 años, se vio beneficiada durante un parto complicado: “La ambulancia llegó rápida, nos salvó la vida a mí y a mi hijo” explica la mujer.