“Ahora estoy segura de mi misma, creo en mi”

“Casi todos los días cuando vuelvo a casa del colegio, los hombres en moto me dicen cosas: me piropean o se burlan. A veces incluso intentan tocarme y cuando estoy sola me da mucho miedo”, dice Lan de 16 años de Hanoi.





Lan cuenta que sufre acoso 3 o 4 veces a la semana. Algunos desconocidos intentan hablar con ella o tocarla, así que cada vez que coge el bus intenta hacerlo con alguna persona que conozca para ir más protegida. Una de estas veces, Lan y su amiga se separaron durante el trayecto y a su amiga la tocaron de forma inapropiada, esa situación todavía le provoca miedo y frustración. 

Un día un hombre siguió a Lan a casa desde el colegio. “Intentó tocarme, sabía que quería hacerme algo y me asusté un montón. Grité e intenté correr todo lo que puede para poder escaparme de él”.

Al unirse al programa Campeones del Cambio de Plan International los jóvenes ayudan a construir ciudades más seguras para las chicas. El grupo le ha dado confianza a Lan y ahora identifica qué comportamientos son inaceptables y como puede defenderse o evitarlos. 

“Antes de unirme al grupo era muy tímida, pero ahora tengo confianza para poder hablar por mí misma. Ahora sé que si veo a alguna chica siendo acosada puedo plantarme y pedir ayuda para apoyarla y protegerla” Nos cuenta. 

En todo el mundo, las mujeres y niñas enfrentan el acoso callejero. Y Vietnam no es la excepción. Un antiguo proverbio describe a las chicas como “una flor que se puede arrancar y utilizar”. Como resultado, el 40% de las chicas de Hanoi de entre 13 y 18 años no se sienten seguras usando el transporte público y muchas se sienten incapaces de defenderse cuando están en peligro. 

Con nuestro programa Ciudades Seguras, trabajamos para cambiar esto y ofrecer a las chicas las habilidades para protegerse a sí mismas y a otras personas del acoso sexual y ganar confianza para usar y disfrutar de los espacios públicos. 

“Antes de unirme a Campeones del Cambio, cuando me acosaban me daba miedo y lloraba. No le contaba a nadie lo que pasaba ni compartía mis preocupaciones. Ahora sé que puedo abrirme a los demás y pedir ayuda. Estoy segura de mi misma, creo en mí y sé que nadie tiene derecho a asustarme o acosarme” explica Lan.