DIA MUNDIAL CONTRA EL TRABAJO INFANTIL

La Organización Internacional del Trabajo estima que más de 150 millones de niños y niñas viven en situación de trabajo infantil, muchos de ellos en condiciones peligrosas.

Cuando Ismail tenía solo 15 años su hogar quedó destruido por un ataque aéreo y se vio obligado a huir junto a su familia. Desde entonces, Ismail ha vivido en dos campos de refugiados, en uno de ellos vive actualmente en la frontera entre Siria y Jordania. A pesar de su corta edad, Ismail está obligado a trabajar todos los días de 5 de la mañana a 5 de la tarde para poder proporcionar a su familia una comida diaria.





En Jordania, el número de niños y niñas que trabajan se ha duplicado en menos de 10 años y, según un informe DE 2016, la mayoría desempeñan trabajos peligrosos. Los resultados de esta encuesta también revelaron que las niñas y los niños sirios refugiados son los que tienen una media más baja de asistencia al colegio y reciben salarios más bajos que los países limítrofes, lo que les hace más vulnerables a la explotación infantil.

“Soy el único hombre de la casa que puede trabajar. Mi hermano está muy enfermo y quedó gravemente traumatizado después de lo que presenciamos en Siria. Tanto él como mi madre tienen que comer, así que yo debo trabajar”, explica Ismail.

En Plan International trabajamos para facilitar a los niños y las niñas los medios necesarios para garantizar sus derechos básicos. Con este fin, hemos abierto una oficina en Jordania, donde implementamos un programa que busca devolver la autoconfianza a las familias sirias además de asegurar el acceso a la educación y el desarrollo saludable de todos los niños y niñas, tanto refugiados como jordanos.

A través de este programa apoyamos el desarrollo de niños y niñas desde los tres años, así como a sus cuidadores/as, para asegurar el acceso de estos niños, y en especial de las niñas, a una educación segura que les proporcione mejores oportunidades de trabajo en el futuro y para evitar que lleven a cabo labores ilegales o que pongan en peligro sus vidas.

El caso de Ismail es solo un caso de trabajo infantil, pero actualmente, millones de niños y niñas de entre 5 y 17 años, también se ven obligados a trabajar en condiciones peligrosas. Muchos de ellos soportan prácticas perjudiciales como esclavitud, trabajos forzosos o trabajos en condiciones extremas. La región donde se registra una mayor tasa de trabajo infantil es en el África Subsahariana, aunque el porcentaje también es elevado en Asia Central y el norte de África, así como en América Latina y zonas del Caribe.





La situación económica de sus padres y madres y la incapacidad de sustentar a toda la familia sin la aportación económica de todos los miembros, incluso los más pequeños, es lo que hace que miles de niños y niñas se vean obligados a trabajar, especialmente en los países que siguen percibiendo a los niños y las niñas como fuerza de trabajo.

Esto provoca que los niños y niñas sean especialmente vulnerables a la explotación, discriminación o abusos, además de limitar su acceso a la formación necesaria para que puedan desarrollarse personalmente.

En Plan International trabajamos para que todos los niños y niñas tengan los derechos que se merecen, y, por ende, para evitar cualquier tipo de abuso infantil, no solo en el trabajo a través de sensibilización acerca del derecho a la protección de los niños y las niñas y la necesidad de la educación como herramienta fundamental para el cambio.

Además, colaboramos con los gobiernos locales y nacionales con el fin de promover políticas que protejan los derechos que aseguren el bienestar de los niños y las niñas y también con las comunidades para acabar con estas prácticas que limitan su desarrollo y oportunidades de obtener el puesto de trabajo que desean.

Trabajamos para que todos los niños y las niñas sean lo que quieran ser.