Tres ámbitos en los que el coronavirus afecta a niñas y jóvenes

Las crisis aumentan la carga de cuidados de las niñas y las jóvenes, que deben dedicar gran parte de su tiempo a atender a los familiares ancianos y enfermos, así como a los hermanos que están en casa porque no van a la escuela.





¿Cómo va a apoyar Plan International a los niños y niñas, a las mujeres jóvenes y a los grupos más vulnerables? 

Aunque a día de hoy los casos de niños y niñas infectados por coronavirus son mucho menores que los de personas adultas, esta pandemia y las medidas que se están adoptando para frenarla sí están afectando a los niños y las niñas. Además del cierre de escuelas, institutos y universidades, que ya afecta a 1.370 millones de niños, niñas y jóvenes de todo el mundo, las estructuras de protección de la infancia están sufriendo alteraciones y sus familias y comunidades están siendo sometidas a tensiones por cargas adicionales relacionadas con la salud y la economía.

Además, las crisis aumentan la carga de cuidados de las niñas y las jóvenes, que deben dedicar gran parte de su tiempo a atender a los familiares ancianos y enfermos, así como a los hermanos que están en casa porque no van a la escuela.   

Las niñas, especialmente las de comunidades marginadas o aquellas con discapacidades, pueden verse especialmente afectadas por los impactos secundarios derivados de la crisis sanitaria.  

Violencia de género y coronavirus  

Expertos de la ONU han avisado recientemente de que la crisis puede dejar en segundo plano la respuesta a la violencia de género, en el momento en el que las mujeres y las niñas más necesitan estos servicios.

La tensión económica que sufren las familias debido al coronavirus también puede poner a la infancia, y en particular a las niñas, en mayor riesgo de explotación, trabajo infantil y violencia de género. 

En esta situación excepcional, las mujeres y las niñas están atrapadas en casa con sus agresores. Por eso, es fundamental, que las medidas de cuarentena vayan acompañadas de medidas de apoyo a los hogares afectados y que se establezcan medidas de protección alternativas como servicios de mensajería o chat.

Las niñas, especialmente las de comunidades marginadas o aquellas con discapacidades, pueden verse especialmente afectadas por los impactos secundarios derivados de la crisis sanitaria.  

Servicios de salud

La experiencia en pandemias anteriores indica que, a menudo, la mayoría de recursos para hacer frente a la emergencia se desvían desde los servicios de salud rutinarios. Esto reduce aún más el acceso ya limitado de muchas niñas y mujeres jóvenes a los servicios de salud sexual y reproductiva, así como a los servicios de salud materna, neonatal e infantil.  

En el caso de la emergencia por el coronavirus, el Fondo de Población de la ONU  (UNFPA) ya ha advertido de que la pandemia está tenido un impacto grave en el acceso a servicios de salud sexual y reproductiva y que las mujeres embarazadas requieren de atención prenatal, pero no saben si es seguro acudir a una clínica.

Es necesario que las autoridades garanticen el acceso a estos servicios durante la respuesta a la crisis, incluso para las adolescentes. 

Bienestar económico 

A la mayor carga de trabajo de cuidados se suma el hecho de que muchas niñas y mujeres trabajan en la economía informal, lo que conlleva una menor seguridad en los ingresos. Los problemas económicos derivados de la crisis sanitaria suponen una grave amenaza para el empleo y la actividad comercial de las jóvenes y las exponen a un mayor riesgo de explotación o abuso.  

Las niñas y las jóvenes que se enfrentan a graves crisis económicas tienen más probabilidades de aceptar trabajos que suponen un alto riesgo para ellas, con el fin de sobrevivir económicamente. Las respuestas a la pandemia del coronavirus deben proteger y apoyar el empoderamiento económico de las mujeres jóvenes y facilitar recursos para atender las necesidades de cuidados durante esta emergencia.