En primera línea: Cómo Michael está liderando nuestra respuesta a la COVID-19 en Sierra Leona

"No me veo a mí mismo como un simple conductor, sino como alguien que contribuye a mejorar la vida de los niños y las niñas".





Son exactamente las 14:59 pm cuando el equipo de reparto llega a la comunidad de Mamaka, en el distrito de Port-Loko, al noreste de Sierra Leona. Con una sonrisa de oreja,  Michael salta rápidamente de su coche y comienza a descargar cajas de alimentos que el equipo ha traído para los niños y las niñas de la comunidad. Michael es conductor y trabaja en terreno en la respuesta de Plan International a la pandemia de la COVID-19 en Sierra Leona y se siente tremendamente orgulloso de ayudar a los niños y niñas de su comunidad.

Michael, de 29 años, se unió a Plan International en julio de 2019. Es uno de los cinco conductores que visitarán seis distritos y 61 comunidades de Sierra Leona durante las próximas dos semanas para entregar ayuda humanitaria a las comunidades que se han quedado sin alimentos durante el confinamiento. A continuación, Michael nos cuenta cómo es trabajar en primera línea. 

“Nuestro viaje comenzó con una compleja organización logística. El gobierno ha restringido los movimientos entre distritos, por lo que desde Plan International tuvimos que obtener un documento específico que se concede a los vehículos que participan en la distribución. Alquilamos camiones para transportar las toneladas de arroz que vamos a distribuir y, después, viajamos desde Freetown (capital de Sierra Leona) a la oficina de terreno donde dormimos por la noche.

Los días en los que tenemos reparto, me levanto a las 6 de la mañana para prepararme. Llego a la oficina en el terreno alrededor de las 7 y empiezo a limpiar el coche y a hacer todas las comprobaciones necesarias. Luego voy al hotel a recoger a mis colegas. Nos reunimos rápidamente para organizar el día y para planificar los diferentes destinos. Una vez planificado todo, comienza el viaje de reparto.
Nos movemos en convoy, con todos los vehículos cerrados. Todos los que estamos dentro llevamos gafas y mascarilla. Los coches de Plan International guían a los camiones que llevan los suministros de comida. Llegar hasta las comunidades es muy difícil ya que la red de carreteras es muy mala y está llena de baches, puentes rotos y caminos fangosos.





A veces nos encontramos con vecinos desesperados, que intentan atacarnos o dañar el convoy. Una vez, vimos algunos machetes y cuchillos en el camino sin ninguna señal de nadie que estuviera de pie. Le di la señal al convoy para que se moviera más rápido y se mantuviera más cerca, con nuestras luces de emergencia encendidas.

Una vez que llegamos al lugar al que tenemos que repartir, nos estacionamos muy cerca uno del otro por razones de seguridad. Entonces comienza la siguiente fase de mi trabajo: ayudar con la descarga del camión, el empaquetado y el conteo. Una vez hecho esto, paso a otra tarea. Apoyo en la identificación de las personas beneficiarias y me aseguro de que respeten el distanciamiento social. Mientras hago eso, también vigilo constantemente los coches y camiones para asegurarme de que están seguros.

En teoría, nuestro viaje durará un total de 14 días. Por la información que recibo durante nuestras reuniones, hemos suministrado 22 kg de arroz a 13.889 niños, niñas y sus familias en 5.559 hogares vulnerables y, cuando finalicemos el reparto, habremos llegado a unas 83.333 personas.

Ver las sonrisas en los rostros de los niños, niñas y sus padres cuando reciben su paquete de comida es mi mayor recompensa. Hace que me olvide de los largos días de trabajo, bajo el sol y la lluvia. Me motiva. Cada vez que me acuesto después de un día de reparto, siempre me digo “Michael, no tienes los medios económicos suficientes para mantener a estos niños y niñas, pero les ofreces tus servicios, así que hazlo lo mejor posible”.

No me veo a mí mismo como un simple conductor, sino como alguien que contribuye a mejorar la vida de los niños y las niñas.  A mis colegas, les diré: Nunca te veas como un simple conductor, sino como alguien que contribuye al propósito de Plan International con su experiencia. Ofrece lo mejor de ti”.