Docentes que recurren a la TV para seguir las clases en el confinamiento

Hay muchas diferencias entre el aula y el estudio de televisión: “No es fácil. La clase debe estar centrada en los alumnos y alumnas, pero no están presentes, así que tenemos que imaginar cómo reaccionarían".





Son las 9:45am y se siente el ajetreo en un estudio de televisión en Ghana. Los profesores, editores y equipo técnico se preparan para que  comiencen las clases.

En el estudio cuatro, dos docentes repasan una presentación en PowerPoint y ensayan la clase de hoy. Una de ellas está muy animada, ensaya las canciones y gestualiza como si estuviera con sus alumnos y alumnas en el aula.

A las 10am en punto, las cámaras empiezan a rodar y la clase comienza a transmitirse en vivo a todo el país. Agnes es profesora de educación infantil y desde que comenzó la pandemia de la COVID-19 ha estado enseñando de manera remota a medida que las escuelas se iban cerrando por la transmisión del virus.

Al verla, desprende una elocuencia y una seguridad que harían pensar que lleva toda su carrera enseñando por televisión. Agnes, junto a otros 50 docentes, ha sido escogida para formar parte del programa del Servicio de Educación de Ghana (SEG) junto a Plan International, que ofrece clases a todo el alumnado que debe mantenerse en confinamiento durante la emergencia sanitaria.

“Cuando el SEG me llamó para participar como profesora online, dudé si podría hacerlo, pero decidí intentarlo” explica Agnes. “Nos dieron una corta orientación y nos pidieron que preparáramos algunas clases para presentar al panel. Fuimos presentando por turnos y nos dieron correcciones sobre nuestras habilidades de presentación, que hemos utilizado para seguir hasta ahora”.

Agnes señala que hay muchas diferencias entre el aula y el estudio de televisión: “No es fácil. La clase debe estar centrada en los alumnos y alumnas, pero no están presentes, así que tenemos que imaginar cómo reaccionarían. Incluso cuando escogemos fotos o dibujos, pensamos cómo reaccionarían, si despertarán interés. Lanzamos preguntas, aunque no estén físicamente para contestarlas”.

Agnes ha tenido que superar distintos obstáculos en el tiempo que lleva enseñando de manera remota: “Un reto importante es el de medir la comprensión de los alumnos. Hemos entregado el horario a los representantes para que formen parte del proceso, que se sienten con sus hijos e hijas y puedan hacernos comentarios”.

“No tenemos al alumnado con nosotros, pero nos ponemos en sus zapatos y damos las clases” El programa produce clases desde educación infantil hasta bachillerato, que se transmiten en la televisión nacional. Hasta ahora, unas 300 clases se han transmitido y se estima que unos 19.000 alumnos y alumnas se beneficien de estas clases antes de que se reinicien las presenciales.