“Nuestros sueños deben continuar a pesar de la pandemia”

Prácticamente de un día a otro, la pandemia de la COVID-19 ha cambiado las vidas de millones de personas en todo el mundo. Los niños, niñas y adolescentes se han visto inmersos, de repente, en una nueva realidad que ha tenido un gran impacto en sus vidas.









Lixiana tiene 17 años, y vive en el departamento de Chinandega, en Nicaragua. Cuando echa la vista atrás y recuerda cómo ha vivido los últimos meses, cuenta que este año ha sido frustrante para ella porque debería haber entrado en la universidad, algo que llevaba mucho tiempo esperando. “Lo que más extraño es ir a clase. Iba a experimentar ese cambio de la secundaria a la universidad y ahora no salgo de casa en absoluto. Necesito hablar con mis compañeros y compañeras, aprender cosas nuevas, ir a clase”.

Para ella, estar encerrada en casa resulta “a veces sofocante”. Sin embargo, la joven está firmemente convencida de que “lo más importante ahora mismo es la salud, tienes que dar prioridad a tu salud y el resto depende de eso”.  

Lixiana siente que, en este momento, su vida está en pausa. “Mis sueños no han cambiado. Lo que sí ha cambiado es el tiempo que tengo para conseguirlos. Tuve que dejar de ir a clase por la pandemia, y, como iba a empezar mi primer año de universidad, había muchas cosas nuevas que quería hacer, como aprender inglés y contabilidad, que voy a tener que retrasar. Pero siempre tengo en mente que voy a hacerlas”.

Tenía previsto empezar la carrera de Ingeniería Agrícola en la universidad, una materia que ya estaba cursando a nivel técnico cuando estalló emergencia sanitaria. Los padres de Lixiana estaban “encantados” con su elección de carrera y ella estaba muy emocionada porque le gusta el mundo rural, las plantas, los animales y la idea de ayudar al medio ambiente. Sin embargo, algunas personas cuestionaron su elección porque la ingeniería y la agricultura se consideran un “trabajo de hombres”.

“Algunas personas me han dicho que tengo el potencial para dedicarme a otra cosa y no estudiar Ingeniería Agrícola. Me dicen que he elegido una carrera muy dura porque casi todo se hace al aire libre, en el campo. Pero yo pienso: ¿cuál es la diferencia? Si puedo estudiarlo, ¿por qué no voy hacerlo, si es lo que me gusta? Y el primer día de clase fue muy emocionante porque vi que había bastantes mujeres, chicas de mi edad, no sólo hombres”, cuenta la joven emocionada.

Sin embargo, ahora todo ha cambiado. La pandemia está generando muchas preocupaciones, incluyendo el desempleo, la crisis económica y el colapso del sistema de salud, y Lixiana está preocupada.

“Si la expansión de los contagios continúa, va a llegar a las comunidades y a las personas que no tienen recursos. Los centros de salud ya están completamente llenos, no pueden atender a tanta gente y no tienen el equipo necesario, las medicinas, ventiladores y mascarillas para atenderlas”.

Lixiana cuenta que, en su comunidad, las condiciones son difíciles para los estudiantes y los trabajadores. “Se han paralizado algunos trabajos y la gente que dependía de ellos ya no tiene un medio de vida. Han cerrado las escuelas, aunque algunos grupos de estudiantes van cada dos semanas.”

Además, la joven considera que las mujeres, niños y niñas están aún más expuestos y son más vulnerables a la violencia porque están encerrados en sus casas y no tienen el apoyo de los organismos y otras instituciones que les ofrezcan asistencia. “Los casos de abuso y los embarazos entre las niñas pueden aumentar, porque las restricciones de movimiento por la cuarentena provocarán que, como los abusadores no pueden salir de sus hogares, van a concentrar sus energías en abusar de sus víctimas”, dice la joven.

Asimismo, las desigualdades de género se están acentuando porque los padres tratan a los niños y a las niñas de forma diferente. “Tanto los niños como las niñas deben ayudar a los padres en las labores domésticas, pero siempre se recurre a las niñas para ciertas tareas y, si no las hacen, hay castigos, como no usar el teléfono móvil”, explica Lixiana.

Lixiana está haciendo todo lo que está en sus manos para seguir estudiando desde casa, porque su interés por aprender no se ha detenido. “Me he puesto al día con las clases, aunque no he ido a la escuela. Pido a mis compañeros apoyo para ponerme al día y no olvidarme de los temas”.

Mantenerse en contacto con sus amistades ha sido muy importante durante el encierro. Aunque de forma virtual, ha compartido cómo se sentía. Por eso, es consciente de que la mayoría de sus amigos tienen miedo de ir a la escuela, de infectarse y de llevar el coronavirus a casa. “Tenemos un grupo de WhatsApp, en el que nos conectamos, compartimos, hablamos de cómo nos sentimos, y discutimos de si vamos a seguir yendo a clase o no, y la mayoría dice que no va a hacerlo porque lo principal es proteger a la familia”.