La pandemia COVID-19 está teniendo un impacto devastador en la vida de las niñas y adolescentes en Mozambique. Como las escuelas fueron uno de los primeros lugares en cerrar, muchas niñas se han quedado sin el apoyo social tan fundamental que encuentran en la escuela, lo que las ha expuesto al matrimonio infantil y al embarazo precoz; dos problemas que ya de por sí son muy frecuentes en Mozambique.
En la provincia de Sofala, la COVID-19 ha agravado, aún más, las ya de por sí difíciles condiciones económicas de muchas familias, que han sufrido las consecuencias de emergencias anteriores como el ciclón Idai, en 2019, o, más recientemente, las inundaciones que destruyeron los campos de cultivo, la principal fuente de ingresos de muchas familias.
Para las chicas como Ana*, una adolescente de 17 años, que se casó con apenas 16, la pandemia ha acabado con las esperanzas de finalizar sus estudios. “Ya no tengo tiempo para estudiar porque hay mucho que hacer durante el día. Me levanto temprano para buscar agua y así poder cocinar, bañarme y limpiar”. Desde el coronavirus, esta es mi prioridad, así que ya no tengo tiempo para abrir los libros”, nos dice la joven.
Ana y su familia viven en Buzi, uno de los distritos más golpeados el año pasado por el ciclón Idai. Como sus padres no contaban con los medios económicos suficientes para hacerse cargo de ella, decidieron que el matrimonio era la mejor opción. Ahora, embarazada de cinco meses de su primer hijo, Ana no ve la posibilidad de volver a clase cuando reabran las escuelas ya que su principal prioridad será cuidar de su bebé.
“Puede que no vuelva a la escuela porque no tengo a nadie que cuide de mi hijo si voy clase. Vivo con mi hermana, que es más joven que yo; mis padres viven ahora muy lejos y la carga para ellos sería demasiada. Mi marido es jardinero en la ciudad de Beira y confío en él para que me ayude a mantener a mi hijo una vez que nazca, de lo contrario no sé qué haré”, cuenta Ana preocupada.
Ahora, embarazada de cinco meses de su primer hijo, Ana no ve la posibilidad de volver a clase cuando reabran las escuelas ya que su principal prioridad será cuidar de su bebé
Antes del cierre de su escuela, Ana deseaba terminar el curso -noveno grado- y soñaba con ser enfermera. Ahora que cuida a su hermana menor y espera la llegada de su primer bebé, siendo ella todavía una niña, su rutina se ha vuelto muy ajetreada, y no tiene apenas tiempo para estudiar, ni siquiera para seguir las clases a través de la radio.
El coronavirus es una gran amenaza para la educación de las niñas en Mozambique. Un estudio reciente de nuestra organización sobre las repercusiones de la COVID-19 en la vida de las niñas y las jóvenes de Mozambique ha revelado que el matrimonio infantil, que conduce, muchas veces, a embarazos precoces, está aumentando por la pandemia, como consecuencia del aumento de la carga económica de las familias.
Desde Plan International estamos trabajando para facilitar el acceso de las niñas y adolescentes a los servicios de salud .A través de nuestros programas de emergencia en Sofala, hemos desarrollado actividades para que las adolescentes y las jóvenes como Ana tengan una fuente de ingresos y nuevas habilidades que les resulten útiles en sus vidas.
Además, estamos fortaleciendo las habilidades de los y las profesoras para que sepan enseñar a distancia a través de programas de radio, de manera que los niños y las niñas puedan continuar con su educación desde casa.
*El nombre ha sido cambiado para proteger su identidad.