Escuela para maridos

“¿Una escuela para maridos"? ¿Para qué sirve?". Estas son las dos preguntas más comunes que nos hace la mayoría de personas cuando, sin disimular su asombro, escuchan hablar de ella, por primera vez.





Este innovador proyecto que estamos llevando a cabo en la región Centro-Oeste y Centro-Norte de Burkina Faso. “Es para el bienestar de las familias”, explica Léon, quien, desde hace cuatro meses, participa en una de nuestras escuelas de maridos.

Como parte de nuestro trabajo para eliminar la transmisión del VIH de madre a hijo, el proyecto pretende que los maridos se involucren en todos los temas relacionados con la salud y la atención sanitaria de sus esposas e hijos, especialmente durante el embarazo, para asegurar el bienestar de ambos.  

En las escuelas para maridos se enseña a los hombres sobre la importancia de la salud reproductiva y se trabaja para promover un cambio de comportamiento a nivel comunitario. Cuando finalizan la formación, los hombres van de casa en casa para sensibilizar a otros hombres sobre la importancia de que sus hijos y esposas tengan una buena salud. También trabajan de forma conjunta con los centros de salud para crear estrategias que consigan que cada vez más mujeres embarazadas y lactantes vayan a hacerse revisiones de la mano de profesionales. 

“Muchos nos escuchan”, nos dice Léon. “A los maridos, a veces, les entra prisa por ir al centro médico para informarse sobre el estado de salud de sus esposas y también sobre el suyo propio. Un joven de la comunidad volvió hace poco del centro de salud y nos dijo que había sido bien recibido, que le habían explicado sobre las infecciones de transmisión sexual, y que era interesante”.

“No es fácil. Existe el temor de saber que tienes VIH. Algunos dicen que prefieren no saber si tienen la enfermedad porque, cuando lo sabes, te pones ansioso y piensas que te puede precipitar a la muerte.

Cuando están en grupo, los hombres suelen ser más receptivos a la información que reciben por parte de otros maridos. Si en algún momento se genera cierta reticencia, Léon nos explica cuál es la mejor manera para superar esta situación. “Cuando nos encontramos con una persona un poco difícil, nos vamos y volvemos otro día. A algunos hombres les cuesta entenderlo, así que nos tomamos el tiempo que haga falta para explicárselo. Al principio, algunos piensan que los hemos ido a ver porque tenemos dudas sobre su salud. Les decimos que no es así, que es por el bienestar de toda su familia”.

El tema de las pruebas para detectar enfermedades de transmisión sexual puede ser delicado, cuenta Mahamado, miembro de la Escuela para Maridos y padre de ocho hijos. “No es fácil. Existe el temor de saber que tienes VIH. Algunos dicen que prefieren no saber si tienen la enfermedad porque, cuando lo sabes, te pones ansioso y piensas que te puede precipitar a la muerte. En nuestro programa, acompañamos al centro de salud a quienes están receptivos para hacerse la prueba. También entienden que una mujer embarazada puede no infectar a su hijo si se hace a tiempo la prueba. Les ayudamos a comprender que, aunque estén enfermos, hay medicamentos antirretrovirales que se pueden tomar”.

Gracias a las escuelas para maridos, hombres y mujeres nos cuentan que ahora hablan más entre ellos. Los hombres entienden mejor la importancia de la salud de sus esposas e hijos y están actuando como orientadores de sus propias familias y de otras que tienen dificultades para acceder a un centro de salud.

El proyecto para eliminar la transmisión madre a hijo de VIH (eTME) fue implementado por Plan International en Burkina Faso en 2017 con el apoyo de la Agencia Coreana de Cooperación Internacional.