LOS VOLUNTARIOS: CRUCIALES PARA EL ÉXITO DE NUESTRA RESPUESTA A LA COVID-19 EN BRASIL

Nuestro plan de respuesta a la pandemia en Brasil sigue su curso. A finales de abril, nuestro equipo empezó a distribuir paquetes de alimentos y kits de higiene a las comunidades vulnerables de Maranhão y Piauí con el objetivo de llegar a más de 12.000 familias durante el período de cuarentena.

 

El plan de Respuesta Humanitaria a la pandemia en Brasil, lleva varios meses implementándose. A finales de abril, empezamos a repartir paquetes de alimentos y kits de higiene a las comunidades más vulnerables de Maranhão y Piauí, con el objetivo de llegar a más de 12.000 familias durante la cuarentena.

Al menos cinco voluntarios en cada comunidad participan en esta iniciativa. Las fuertes lluvias han dificultado la distribución de los artículos en algunas zonas rurales, pero los voluntarios han tomado medidas para asegurarse de que los artículos lleguen a quienes más lo necesitan. En una comunidad de Maranhão, el camión no pudo pasar por un tramo de carretera que se había visto afectado por la lluvia, por lo que los voluntarios tuvieron que ir a pie a recoger los paquetes de alimentos, que más tarde cargaron en carretillas y bicicletas.

La labor que estamos llevando a cabo actualmente es bastante diferente de las actividades que desempeñamos diariamente: “El trabajo que hacemos normalmente es de sensibilización, para ampliar los horizontes de las niñas en la comunidad”, cuenta Helliza. “Cuando ocurren desastres, como esta pandemia, nuestro trabajo se adapta y tiene un foco de atención más comunitario”. Sobre todo, porque para desarrollar otros trabajos, la comunidad necesita tener cubiertas sus necesidades básicas”.

Creuziane Barros, gerente de la Unidad de Programas en São Luís (Maranhão), destaca que, frente a la pandemia, las acciones del Plan International tienen como objetivo salvar vidas. “Los kits llegan en el momento oportuno para apoyar a las familias vulnerables a superar las dificultades relacionadas con el hambre y la higiene”, dice.

Nuestro trabajo no se limita a distribuir alimentos y productos de higiene. Durante las visitas a las familias, el equipo lleva material educativo con información sobre la COVID-19, la prevención de la violencia, así como folletos con el número de teléfono de la red local de protección a la infancia. “Lo correcto es seguir trabajando para que los derechos de los niños y las niñas sigan estando garantizados incluso en un contexto de crisis. Por lo general, el riesgo de que las niñas sufran violencia es mayor, especialmente cuando no hay vigilancia”, dice Helliza.

Los kits llegan en el momento oportuno para apoyar a las familias vulnerables a superar las dificultades relacionadas con el hambre y la higiene

“Hemos tomado medidas para que no haya un contacto innecesario con la familia. No entramos en las casas y somos muy rigurosos en cuanto a la higiene. Aun así, las familias, a veces, parecen tener miedo de recibirnos”, cuenta Alice.

A pesar del temor inicial, cuando les contamos que el motivo de la visita es entregarles los paquetes de alimentos, las familias se quedan muy contentas al recibir este apoyo. “Hemos notado una sensación de alivio y gratitud entre las familias gracias a estas ayudas. Las familias están desempleadas y tienen un acceso limitado a los servicios sociales”, dice Alice.

Creuziane afirma que garantizar los derechos, algo que ya es bastante difícil en un escenario normal considerando las diferencias sociales existentes, se hace aún más difícil en el contexto de la pandemia. “Las comunidades realmente son las que más sufren porque no pueden acceder a derechos básicos como la alimentación, por ejemplo”, dice, y añade que la atención sanitaria ahora se reduce y se centra casi exclusivamente en la pandemia. Además, las personas que han sufrido violencia dentro de sus hogares pueden ser aún más vulnerables, ya que pasan más tiempo con el abusador y es menos probable que pidan ayuda.

En una de las comunidades, incluso celebraron la llegada de los paquetes de comida. Nos lo cuenta Concita, un líder en su comunidad: “Plan International no nos ha apoyado solo con estos paquetes de alimentos. Nos ha mejorado los servidios de agua, salud, educación y ha realizado muchos seminarios en nuestra comunidad”, dice Concita.

Para garantizar la seguridad en nuestras actividades, nuestro equipo y voluntarios en el terreno han recibido una formación especial y han utilizado los equipos de protección necesarios.

La principal respuesta que ha recibido el equipo del Plan es la de agradecimiento. “Dicen que se sienten apoyados por Plan, que siempre ha trabajado con la comunidad con proyectos que involucran tanto a niñas como a niños. Y ahora tiene la capacidad de volver y apoyarlos en un momento tan difícil. Encontramos familias que viven en situación de extrema necesidad sin nada para alimentarse”, lamenta Creuziane.

El trabajo humanitario de Plan International en Brasil continúa en los municipios situados en las zonas rurales de Maranhão y Piauí, donde se siguen ejecutando los proyectos que asisten a los niños y niñas vulnerables.