Para millones de niñas y adolescentes en muchos países, estudiar ya era un gran reto antes de la pandemia de la Covid-19. En épocas de crisis, cuando las familias no cuentan con los ingresos económicos suficientes para cubrir sus necesidades básicas, no ven prioritario que las niñas continúen con su educación.
La pandemia está empujando a las niñas y adolescentes más vulnerables a un futuro aún más difícil. Antes de la crisis, 130 millones de niñas en todo el mundo no iban a la escuela. Ahora, la situación es peor aún: se calcula que hasta 20 millones de niñas podrían no volver nunca a clase como consecuencia de la pandemia; 20 millones de niñas en riesgo de quedarse sin oportunidades de futuro.
“Mi madre vende comida y así consigue dinero para cuidarnos a mis hermanos y a mí. Cuando estalló la pandemia, tuvo que quedarse en casa (sin trabajar)”, cuenta Isabella, una joven de Ghana de 14 años.
Isabella, al igual que millones de niñas en todo el mundo, no volvió a clase cuando reabrieron las aulas porque su familia no podía permitírselo. Gracias a uno de nuestros proyectos, Isabella recibió transferencias en efectivo para que poder continuar con su educación.
Sin embargo, la pandemia, los conflictos armados y el hambre están haciendo que la vuelta al cole este año sea muy complicada para millones de niñas.
En Plan International sabemos que, si ofrecemos a las niñas las herramientas necesarias para que reescriban su futuro, pueden cambiar el mundo.
Las escuelas son mucho más que espacios de aprendizaje académico: son lugares en los que tienen garantizada su seguridad. Muchas veces, las niñas están más protegidas en las aulas que en muchos otros espacios, incluidos sus hogares, de peligros como la violencia de género, los abusos, la explotación, los embarazos adolescentes, el tráfico infantil, y el reclutamiento en grupos armados.
Es decir, cuando una niña abandona sus estudios, no solo está perdiendo su educación, sino que se está exponiendo a todos estos peligros. Por eso, en el marco de esta vuelta al “cole” marcada por la pandemia, queremos ofrecer a las niñas las herramientas necesarias para sean ellas quienes tomen las riendas de sus vidas y tengan, de este modo, mejores oportunidades. La educación es la mejor herramienta para cambiar el mundo.