Los centros de aprendizaje están contribuyendo a reducir la brecha educativa de la infancia refugiada rohingya que vive en los campamentos de Bangladesh.
Una encuesta reciente realizada por Plan International en diciembre de 2021 reveló que la mayoría de jóvenes y adolescentes rohingya, aproximadamente el 96%, que vive en los campamentos de refugiados de Bangladesh es analfabeta. Esta situación refleja que su acceso a la educación es muy limitado.
Los campamentos de refugiados rohingya albergan a casi un millón de personas, la mitad de las cuales son niños, niñas y jóvenes, pero muchos no han tenido acceso a la educación formal desde que llegaron a Bangladesh. Hasta hace poco, el plan de estudios informal consistía principalmente en alfabetización y aritmética básica y se dirigía únicamente a niños y niñas de entre 4 y 14 años.
Para apoyar al alumnado mayor de 15 años, Plan International, con el apoyo de la Plataforma de Japón, ha puesto en marcha un programa de educación que, desde 2019, apoya a jóvenes para que aprendan habilidades de alfabetización y aritmética.
Noyum es uno de los jóvenes que se inscribió en el programa. Vive en uno de los campamentos con sus padres y cinco hermanas, y conoció el centro de aprendizaje a través de unos amigos.
“Pedí a mis amigos que me presentaran al profesor del centro para poder inscribirme. Allí descubrí la pasión por aprender y empecé a estudiar también en casa”.
A pesar de las dificultades derivadas de la pandemia, los y las jóvenes no dejaron de participar en el programa y desarrollar actividades para tartar de frenar la propagación del virus.
“Fue una gran experiencia trabajar junto a mis compañeros del centro. Disfrutamos elaborando mascarillas, jabones para lavarse las manos y realizando una campaña para promover una buena higiene”, explica Noyum, recordando algunas de las actividades que realizaron en el campamento.
Noyum y sus amigos no solo han desarrollado habilidades de alfabetización y aritmética en el centro, sino que también han aprendido sobre trabajo en equipo y comunicación, entre otras. “He aprendido sobre la importancia de ayudar a mis vecinos cuando necesitan alimentos, medicinas o cualquier otro apoyo”, nos cuenta.
Tras completar el programa de educación en enero de 2022, Noyum ha empezado a colaborar como voluntario de la unidad de seguridad. Ahora trabaja para su comunidad, difundiendo mensajes de concienciación sobre diversos temas, como los riesgos de incendio, agua, saneamiento e higiene. A veces también trabaja como controlador de tráfico para aligerar los atascos en el campamento.
Hasta mayo de 2022, casi 4.000 adolescentes se habían inscrito en el programa de alfabetización de Plan International. 60 facilitadores trabajan en 60 centros de aprendizaje en los campamentos rohingya. El proyecto ofrece una de las pocas oportunidades de educación a jóvenes y adolescentes rohingya que no pudieron ir a la escuela cuando vivían en Myanmar.