1 retrete para 100 personas: experiencias de las chicas

En el mundo hay 4.000 millones de personas que viven sin acceso seguro a un retrete, una situación que pone en peligro su salud, afecta al medio ambiente y dificulta el desarrollo económico de las comunidades. ¿Cómo es el día a día de quienes viven esta situación? Algunas personas esperan hasta la noche o recorren largas distancias para encontrar un lugar privado. Otras, utilizan baños compartidos que no cumplen con los estándares higiénicos mientras que, muchas otras se ven obligadas a buscar algún lugar cercano a sus casas. 

En el Cox’s Bazar, el campamento de refugiados más grande del mundo, la falta de aseos hace que la vida sea aún más difícil de lo que ya es para los rohingya, especialmente para las niñas y las mujeres. Por cada 100 personas hay 1 solo retrete en muchos lugares del campamento. Las niñas tienen que gestionar sus periodos sin apenas privacidad y con muy poca agua. No hay instalaciones adaptadas a la infancia ni puntos de lavado de manos, por lo que las niñas a menudo tienen que comer sin lavarse primero las manos, exponiéndolas a varias enfermedades. Cada día en todo el mundo 700 niños y niñas mueren por enfermedades provocadas por la falta de agua y saneamiento. 

Senowara 

“Aquí no hay retretes ni espacios habilitados, así que tienes que hacer todo delante de otras personas”, dice Senowara. “El agua está sucia y no hay ningún lugar donde lavarnos”. Senowara huyó de la violencia en Myanmar con su madre y su hermana. Nunca imaginó vivir en circunstancias tan difíciles. 

Nurjahan 

“Necesito ir al baño con frecuencia, sobre todo por la noche”, cuenta Nurjahan, quien está embarazada. Huyó de Myanmar después de que su marido muriera. “Como aquí no hay retretes, tengo que ir a la colina por la noche para hacer mis necesidades”. 

Laila 

“Los hombres van al baño, pero nosotras esperamos hasta la noche para ir. Me llevo a mi prima pequeña, Munaza”. 

Fatema 

“Tengo que caminar mucho para ir al baño por la noche”, dice Fatema. “Durante el día, es muy duro porque estoy sola y no hay nadie que nos ayude. Mis padres son mayores y viven con mi hermano en otro campamento”. 

Plan International está trabajando en el Cox’s Bazar para construir más aseos y espacios adaptados. Hemos proporcionado kits de higiene a niñas y mujeres para que puedan lavarse las manos y evitar que contraigan algunas enfermedades derivadas de la falta de higiene.