En Togo, nuestra organización está abordando el acoso sexual y la violencia en los centros escolares y laborales a través de formaciones sobre los efectos de la violencia en estos espacios.
Afi es una joven aprendiz de costura que ha participado en nuestro programa de formación. Aunque en un principio se mostraba escéptica, ha visto un gran cambio en el taller donde trabaja. “Gracias a la formación, nuestros jefes nos tratan con más respeto. Ahora nos escuchan y tratan de entendernos”.
El dueño del taller donde trabaja también considera que el ambiente ha mejorado. “Antes, tenía dificultades para tratar a mis aprendices, pero el proyecto me ha ayudado mucho. Gracias a la formación, he aprendido cómo corregir a quienes cometen errores”.
Ava, una aprendiz de peluquera de 18 años, tuvo una experiencia similar en su lugar de trabajo. “En el pasado, nos presionaban para que nos casáramos pronto. Gracias a la formación, toda esta violencia ha disminuido”.
El proyecto “Fortalecimiento de la sociedad civil para la lucha contra la violencia de género en Togo” se lleva a cabo junto con socios locales y pretende llegar a más de 4.000 aprendices de diversos oficios y 10.000 estudiantes de secundaria, así como a empresarios, profesores, líderes tradicionales y religiosos, organizaciones comunitarias, jefes de aldea, grupos de ahorro y crédito y miembros de la comunidad.
El proyecto también trabaja en las escuelas para abordar los estereotipos de género, las normas sociales y la violencia en las escuelas. Promover la educación de las niñas beneficia a toda la comunidad, ya que cada año que una niña pasa en la escuela, sus ingresos futuros aumentan.
“Antes, los padres preferían enviar a la escuela a los varones. Las niñas tenían que quedarse en casa para cuidar del hogar, pero ahora los padres entienden que niñas y niños deben recibir la misma educación. Las chicas saben que tienen los mismos derechos que los chicos y que pueden ocupar puestos de liderazgo en la sociedad en el futuro”, explica un director de escuela del sureste de Togo.
Kodjo, un alumno de 1º de primaria, nos cuenta que se ha convertido en un defensor de la educación de las niñas tras la formación recibida en su escuela. “Entendemos que la educación de las niñas beneficia a toda la sociedad y, por tanto, también a nosotros, los chicos”.