Se calcula que más de 6.000 niños y niñas no tienen un techo bajo el que resguardarse y viven en las calles de Bamako, la capital de Mali, uno de los países más pobres del mundo. Los motivos pueden ser variados: el fallecimiento de sus padres o los desplazamientos derivados de los conflictos, entre otros.
Con el fin de ofrecer asistencia a los niños y niñas que viven en situación de calle en Bamako, Plan International, en colaboración con ENDA Mali, ha abierto un centro de acogida en el que proporcionamos un refugio seguro a la infancia no acompañada.
Cuando llegan a este albergue, los niños y niñas tienen acceso a alojamiento, comida, atención médica y apoyo psicosocial. Quienes se han separado de sus padres también reciben apoyo para localizarlos y que puedan reunirse con sus familias.
Oumar, de 10 años, llegó al centro el año pasado. Llevaba un año viviendo en la calle solo. Al llegar al refugio, Oumar reveló que su familia lo había llevado a Bamako para recibir tratamiento médico cuando tenía ocho años. Tras su recuperación, su madre lo envió a hacer un recado en una tienda de la esquina cercana, pero al desconocer su entorno y no estar acostumbrado a la ciudad, se perdió y, desde entonces, estuvo viviendo en la calle.
Cuando llegó, Oumar no tenía más datos que su nombre, el de su padre, el de su madre y el de una de sus hermanas. También conocía su identidad étnica, y, gracias a este último dato, pudimos localizar a su familia. Dos años después de su desaparición, Oumar se reunió finalmente con su familia, que ya había perdido la esperanza
El centro de acogida que apoyó a Oumar se creó en el marco del proyecto “Futuro Birllante” (Avenir Brillant), una iniciativa que ofrece a los y las jóvenes oportunidades sociales y económicas, así como el fortalecimiento de los mecanismos de protección de la infancia para los niños y niñas migrantes, quienes están en tránsito o quienes acaban de regresar a casa.
El proyecto se puso en marcha en octubre de 2020 y está siendo ejecutado en las regiones de Bamako y Kayes. Hasta ahora, 69 niños y niñas han recibido apoyo en el centro de acogida y 47 funcionarios han recibido formación sobre los derechos y la protección de la infancia. 850 jóvenes se han formado en oficios técnicos, 50 de los cuales han recibido apoyo para abrir sus propios talleres, donde prestan asistencia técnica y reparan equipos alimentados por energía solar, lo que les permite ganar dinero e integrarse mejor en sus comunidades.