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El ataque a un convoy humanitario en Sudán es una violación del Derecho Internacional Humanitario
El ataque a un convoy humanitario coordinado por Naciones Unidas cerca de Al Koma, en Darfur del Norte, el 2 de junio de 2025, constituye una violación inaceptable del Derecho Internacional Humanitario y tendrá graves consecuencias para cientos de miles de personas civiles en El Fasher, muchas de ellas niñas y niños, que se enfrentan a la desnutrición y el hambre extrema. Desde Port Sudan, Mohamed Kamal, director de Plan International Sudán, ha declarado: “Los primeros informes indican que el ataque costó la vida a cinco personas del convoy humanitario; un indicio alarmante del rápido deterioro de la situación de seguridad en todo Sudán. Nos conmociona e indigna profundamente que trabajadores humanitarios y civiles sigan siendo víctimas de este tipo de ataques. Sudán presenta las tasas de desnutrición más altas de África Oriental: hay 4 millones de niñas y niños y más de un millón de mujeres embarazadas y lactantes con desnutrición aguda. Es fundamental que la ayuda llegue a quienes más la necesitan. El acceso humanitario a Darfur ya está gravemente restringido y la temporada de lluvias se aproxima rápidamente, lo que dificultará aún más el acceso a muchas de estas zonas cuando las carreteras se inunden. Se trata de regiones que ya enfrentan niveles alarmantes de hambre. Este nivel de inhumanidad debe detenerse. Expresamos nuestras más sinceras condolencias a las víctimas del ataque y nos solidarizamos con las organizaciones humanitarias que han perdido a compañeras y compañeros muy queridos. El personal humanitario y la ayuda no son objetivos legítimos; atacarlos constituye una violación del Derecho Internacional Humanitario. El aumento de los ataques en Sudán dificulta enormemente la entrega de ayuda humanitaria vital a niñas, niños y sus familias, que apenas tienen acceso a alimentos y medicinas. Esta ayuda es, en muchos casos, su único salvavidas. Hoy, las Naciones Unidas han anunciado que más de 4 millones de personas han huido de Sudán en busca de seguridad en países vecinos. El conflicto en Sudán es devastador y tiene implicaciones de gran alcance, más allá de sus fronteras. Recordamos a todas las partes su deber y obligación de respetar el Derecho Internacional Humanitario, incluido el compromiso de garantizar el paso de toda la ayuda humanitaria vital a los millones de personas vulnerables que se encuentran en

La niñez migrante que huye de la violencia enfrenta nuevos peligros e incertidumbre en la frontera norte de México, según un nuevo informe de Plan International
Las niñas y niños que migran a través de México en busca de seguridad se enfrentan a niveles alarmantes de violencia, separación familiar e incertidumbre en la frontera norte del país, según un nuevo estudio de Plan International y Save the Children realizado en México. La investigación, basada en 155 entrevistas con niñas, niños y adolescentes migrantes y las personas responsables de su cuidado en tres de las principales ciudades fronterizas de México —Ciudad Juárez, Reynosa y Tijuana — revela que, tras huir de la violencia, se encontraban con albergues sobrepoblados, falta de acceso a la educación y sin acompañamiento en barrios inseguros, donde se enfrentaban a más peligros y se les seguían negando sus derechos. Aunque muchos de los niños y niñas encuestados viajaron inicialmente con su familia o un ser querido, el viaje a menudo desembocó en una separación. En Ciudad Juárez, casi dos de cada tres niños y niñas (63,5%) salieron de casa con un padre, madre o tutor, pero sólo un tercio llegó a México con alguien a su lado. Esta separación hace que la niñez —especialmente las niñas— sea más vulnerable a la violencia, la explotación, la trata y el reclutamiento forzado por parte de grupos armados. “El crimen organizado tiene muchas formas de encontrarte y atraparte. Hay muchas zonas en las que es difícil correr si estás intentando escapar”, dijo José*, un adolescente no acompañado de 16 años entrevistado en Ciudad Juárez. El número de niños y niñas que viajan solos a México ha aumentado considerablemente en los últimos años, pasando de casi 69.5001 en 2019 a más de 137.000 en 2023, debido al aumento de la violencia, la pobreza y los desplazamientos relacionados con el cambio climático. Gran parte de la niñez, especialmente las niñas, es víctima de violencia sexual y de género, explotación y otros peligros mientras viaja sin acompañamiento en busca de seguridad. Llegar a la frontera norte de México no representa un lugar seguro para muchos niños y niñas; por el contrario, suele significar enfrentar nuevos riesgos y dificultades. Las entrevistas revelan que estas personas deben permanecer durante meses en condiciones peligrosas. En Reynosa, por ejemplo, una de cada tres niñas entrevistadas llevaba más de seis meses viviendo en albergues para personas desplazadas, frecuentemente ubicados en zonas de alto riesgo, donde incluso actividades básicas, como salir a la calle, están limitadas por el miedo a ser secuestradas. En Ciudad Juárez, las niñas y los niños entrevistados también describieron que se habían visto obligados a abandonar sus hogares para huir de la violencia, sólo para encontrarse con nuevas formas de peligro en refugios sobrepoblados y barrios inseguros. “Cuando alguien nos miraba o nos hacía sentir incómodas, decíamos que íbamos a buscar agua o al baño, solo para poder alejarnos o encontrar una forma de no volver”, cuenta Estrella*, una niña de 8 años del centro de México, al describir cómo ella y otras niñas aprendieron a protegerse durante su viaje. La educación entre las personas migrantes en la frontera norte de México también se ha visto gravemente afectada. Casi tres cuartas partes (70,3%) de las niñas y niños entrevistados asistían antes a la escuela, pero más de la mitad (58,1%) ya no lograron regresar a las aulas. Barreras como las trabas administrativas, los riesgos de seguridad y la falta de educación formal en los centros de acogida son factores importantes. Además, la discriminación y la xenofobia en las escuelas está empeorando la situación, según testimonios recogidos, porque “las madres, los padres y cuidadores de la población mexicana no quieren que sus hijos convivan con niños y niñas migrantes“. La investigación también evidenció un profundo desgaste emocional entre la niñez migrante, especialmente aquellos niños y niñas separados de sus padres y que cargan con un fuerte sentimiento de abandono. Muchos no comprenden por qué sus familias ya no están con ellos y ellas, o por qué han pasado tanto tiempo en albergues sin contacto alguno. Pese a esta realidad angustiante, el acceso a servicios de salud mental para la niñez migrante en estas tres ciudades es prácticamente inexistente. “Este estudio ha revelado que niños y niñas migrantes no encuentran seguridad al cruzar la frontera con México; lo que encuentran es más miedo, más espera y más tiempo perdido. Ningún niño o niña debería enfrentarse a esta situación, especialmente después de haber recorrido un camino tan peligroso en busca de protección. Necesitan apoyo urgente, incluyendo acceso a refugios seguros, educación y atención en salud mental. Estamos viendo familias tan desesperadas que los niños y las niñas llegan a considerar regresar a los mismos lugares de los que huyeron. Esa nunca debería ser su única opción”, declaró la CEO de Plan International a nivel global, Reena Ghelani. “Las niñas migrantes y desplazadas internas enfrentan graves riesgos y se les niegan de forma sistemática derechos fundamentales como el acceso a la educación y a la protección. Nuestro estudio conjunto visibiliza los desafíos que viven estas niñas y plantea soluciones concretas para responder a la crisis humanitaria que afecta a la niñez migrante en México. En momentos como este, el compromiso colectivo de la sociedad es más necesario que nunca. Juntas y juntos debemos asegurar que todas las niñas tengan la oportunidad de crecer y prosperar, sin importar de dónde vienen o hacia dónde se dirigen”, explicó la directora de Programas y Ayuda Humanitaria de Save the Children en México, Fátima Andraca. “Desde Plan International damos respuesta a la crisis de protección infantil que viven las niñas y niños en desplazamiento. Estamos presentes en la frontera sur y norte del país donde ofrecemos asistencia en materia de protección, garantizando el acceso a espacios seguros, apoyo psicosocial a aquellos niños y niñas que están viviendo un viaje en el que sus vulnerabilidades se ven multiplicadas. Además, les ofrecemos asistencia básica para cubrir sus necesidades e información sobre los servicios disponibles en la ruta”, explicó Clara Torroba, especialista en ayuda humanitaria de Plan International en España. A la luz de estos hallazgos, Plan International y Save the Children en México hacen un llamado urgente a una respuesta inmediata y coordinada. Esto implica fortalecer los sistemas de protección de la niñez en las ciudades fronterizas del país, garantizar el acceso inclusivo y seguro a la educación y a la atención en salud mental, y ofrecer alternativas de alojamiento dignas que prioricen las necesidades de niños, niñas y adolescentes —especialmente de las niñas— que huyen de contextos de violencia e inestabilidad. Descarga el informe completo

Plan International presenta un informe pionero sobre el impacto de la emergencia climática en adolescentes
La organización humanitaria Plan International ha presentado hoy en Valencia el informe “Adolescentes en crisis: impactos de la DANA”, una investigación inédita que recoge la voz de más de 270 chicos y chicas de entre 12 y 21 años de los municipios de la zona cero de la DANA. El estudio revela el fuerte impacto de la emergencia en la salud mental, la educación y la vida cotidiana de los y las adolescentes, y denuncia su escasa participación en la toma de decisiones para la reconstrucción. Casi la mitad asegura que no se siente tenida en cuenta por sus instituciones locales en las decisiones para la reconstrucción de sus localidades y tres de cada cinco desconoce qué medidas se están llevando a cabo. Durante el acto, en el que participaron representantes institucionales, personal técnico, docentes y jóvenes protagonistas del informe, Plan International hizo un llamamiento a situar a la adolescencia, protagonista de la solidaridad en las primeras semanas de la emergencia, también en el centro de las estrategias de recuperación. “Los y las jóvenes han demostrado su fuerza, su solidaridad y sus ganas de contribuir a su comunidad en los momentos más difíciles, pero siguen teniendo necesidades que deben atenderse y opiniones que deben ser escuchadas. Queremos que sus experiencias y sus aportes contribuyan a los planes de reconstrucción que se están a trabajando en las diferentes administraciones, teniendo en cuenta su rol fundamental en planes de prevención y respuesta ante posibles emergencias futuras. Hoy, seis meses después de la DANA, queremos instar a reconstruir con mirada de adolescencia y juventud”, explicó el director asociado de alianzas de Plan International, David del Campo. “De cara a este verano el polideportivo no está habilitado aún, el parque multiaventura, está cerrado porque no está en condiciones de ir a pasar tiempo ahí. Sí que hay algunas pistas de fútbol en las que se puede seguir jugando, pero otro espacio que seguramente echemos de menos este verano sea la piscina municipal que tardará un tiempo en volver a la normalidad, pero está ya en proceso de reconstrucción”, añadió Javier Díez, un chico de 13 años de Massanassa, uno de los municipios situados en la zona cero. “Cuando hay una catástrofe, es muy importante después escuchar, en nuestro caso a los adolescentes y los jóvenes, para que tanto las ONG humanitarias como las instituciones tomen las mejores decisiones y respuestas posibles”, insistió Del Campo, remarcando la necesidad de incorporar la voz de los y las jóvenes en el diseño de políticas públicas ante futuras emergencias climáticas. Además, intervinieron padres, madres, docentes y representantes institucionales de municipios afectados y del movimiento juvenil: “Hay dos pilares: el apoyo emocional y el ocio. Quizás parece que no hace falta porque entre amigos se apoyan, pero sí que hay que brindarles esos apoyos psicológicos porque esta catastrófica, aunque crean que no lo pueden necesitar, ha hecho mucha mella en todos. Y el ocio porque creo que es un derecho que los jóvenes se han ganado desde hace muchos años y creo que es necesario brindarles actividades en las que puedan desconectar de todo lo pasado y a partir de ahí, no voy a decir olvidar, pero puedan ver la DANA como algo ya pasado de lo que aprender. Que no tienen por qué crecer de repente, que sigan siendo niños y adolescentes y puedan disfrutar”, señaló Josep Ramón Almerabet, concejal de Juventud del Ayuntamiento de Benetússer. “Venían a preguntarnos, ¿dónde podemos ir a ayudar? ¿dónde viven las personas mayores? Y nos ayudaron con todo, fue increíble. Respecto a la reconstrucción, es complicada. En el Ayuntamiento de Massanassa los jóvenes tienen un papel muy importante desde el principio y ahora también: tenemos foros de juventud tanto los centros educativos como el Espai Jove donde los adolescentes y jóvenes idean cómo quiere que sea su pueblo y nosotros recogemos esas ideas”, valoró Patricia Piqueres, concejal de Bienestar Social y Reconstrucción y Reactivación Post-DANA del Ayuntamiento de Massanassa. “La juventud organizada fueron las que estuvieron ahí dando ayuda en las primeras semanas, no solo como voluntarios si no en algunos casos como líderes de los centros logísticos de la zona cero. Semanas después, cuando llegaban los militares o unidades de trabajo, les preguntaban a los jóvenes qué tenían que hacer por qué eran ellos los que conocían la zona. Esto no viene solo de la emergencia si no de años y años ayudando en cada barrio. Es importante que todas las administraciones financien a estas entidades juveniles y fomentar los espacios de debate entre las asociaciones juveniles”, subrayó Pablo Solaz, secretario del Consell de la Joventut de València. El acto marcó también el arranque del programa #PlanPorValencia, impulsado por Plan International para acompañar a la juventud en su proceso de recuperación psicosocial y formativa, con actividades en centros educativos y espacios juveniles, talleres de liderazgo y educación climática, o la entrega de material tecnológico y

Más de la mitad de la juventud afectada por la DANA ha visto totalmente alterado su día a día tras la emergencia
La continuidad y calidad educativa para los y las adolescentes de los municipios de l’Horta Sud afectados por la DANA se han visto enormemente perjudicadas: más de la mitad de los centros educativos estuvo cerrado al menos un mes. Medio año después, un 37 % de los jóvenes reporta dificultades para concentrase en sus estudios en el último medio año, según alertó la ONG Plan International, en la presentación hoy en Valencia del primer informe que analiza específicamente cómo la DANA ha impactado a los y las adolescentes afectados, un enfoque inédito que visibiliza su doble papel como población especialmente vulnerable ante la emergencia y como actor clave en la recuperación y reconstrucción. Según “Adolescentes en crisis: Impactos de la DANA”, presentado junto a jóvenes, profesorado, asociaciones de padres y madres y representantes municipales, más del 70 % de los y las encuestados desconoce las actividades y recursos municipales existentes para ellos y ellas, mientras que 4 de cada 10 adolescentes víctimas han notado bastante o muy afectada su salud mental. “Cuando pasó un mes, y ni eso, de repente dijeron que abría el instituto y claro, estaba muy enfadada porque pensaba, cómo voy a ir al instituto si no puedo ni apenas salir a la calle con todo lleno de barro. Estando todo tan mal, ir a clase se hacía raro”, contó una chica de 13 años de Massanassa durante uno de los grupos de discusión celebrados para la investigación. Este estudio pionero revela que en muchos casos las chicas adolescentes sufren un impacto diferenciado. Entre las jóvenes de 17 a 21 años encuestadas se encuentran aquellas con más dificultades para concentrarse, las que han visto afectadas sus rutinas en mayor medida, y cuya vida social se está viendo más reducida (un 33 % queda menos con sus amistades, frente a un 27 % de los chicos). Según el informe, basado en encuestas, entrevistas y grupos focales a más de 270 personas jóvenes de entre 12 y 21 años de Albal, Alfafar, Benetússer, Catarroja, Massanassa, Paiporta, Picanya y La Torre (Valencia), casi la mitad de los participantes ha necesitado apoyo psicológico en algún momento de los últimos seis meses, y han recurrido sobre todo a familia y amistades; de hecho, el 20 % se sigue sintiendo muy vulnerable como consecuencia de la experiencia vivida. Además del impacto en su educación, un 42 % ha visto su hogar afectado de una manera u otra y un 48 % indica que los empleos de sus familias se han visto afectados por la riada. “La DANA no solo destruyó hogares, negocios y calles. También detuvo los proyectos de vida, el acceso a derechos y la estabilidad de una generación entera, que ya se había enfrentado a otras crisis como la pandemia del COVID-19 que han suspendido sus vidas y su desarrollo. Es imprescindible tenerles en cuenta, escucharlos para que las acciones clave para la reconstrucción vayan en línea con lo que necesitan, pero también formarles y que sean más resilientes de cara a un futuro en el que la crisis climática se asienta como una realidad cada vez más tangible, también en España”, afirmó la directora general de Plan International en España, Concha López. En las tareas de voluntariado y respuesta a la emergencia, la juventud ha jugado un papel clave: el 68 % ha participado o sigue participando en ellas. A pesar de su liderazgo en este sentido, la mayoría (58 %) desconoce las decisiones políticas municipales que se están tomando entorno a la DANA y la reconstrucción. “Este informe pone sobre la mesa una realidad que no siempre se ve: las emergencias climáticas también generan emergencias sociales, educativas y emocionales. Y las chicas adolescentes suelen ser las más invisibilizadas. Es imprescindible escuchar sus voces y garantizar su liderazgo para que la reconstrucción no deje a nadie atrás y sea realmente efectiva”, añadió la directora en funciones de Programas Nacionales de Plan International, Nuria González, quien también moderó una de las mesas de debate durante la presentación del estudio. Reconstrucción con participación juvenil y apoyo emocional El 47 % de los y las jóvenes encuestados considera que no se les está teniendo en cuenta en las decisiones de su municipio para la gestión de la recuperación. Entre las recomendaciones clave del informe destacan: Garantizar el acceso a apoyo emocional y psicosocial para adolescentes en espacios seguros, dentro y fuera del ámbito escolar. Incluir a adolescentes, especialmente a las jóvenes, en la toma de decisiones sobre la recuperación y reconstrucción de sus comunidades. Formar a personal técnico, educativo y sanitario en atención con enfoque de género y adolescencia. Diseñar políticas de emergencia y reconstrucción que incorporen criterios de equidad interseccional: género, edad, origen, diversidad funcional o situación administrativa. #PlanPorValencia: un programa local con mirada global ante la crisis climática Este informe marca el arranque del programa #PlanPorValencia, una iniciativa a largo plazo de Plan International para acompañar a la juventud valenciana en su recuperación psicosocial y formativa tras la DANA, así como en el ejercicio pleno de sus derechos. A través de alianzas con centros educativos, asociaciones y administraciones, el programa impulsa espacios seguros para el ocio y el estudio, apoyo psicosocial, formación en liderazgo transformador y actividades de tiempo libre, con especial atención a las chicas adolescentes en situación de vulnerabilidad. Este trabajo se enmarca en la labor global de Plan International frente a los efectos de la crisis climática, que ya amenaza los derechos de casi mil millones de niños, niñas y adolescentes en todo el mundo, según Naciones Unidas. La organización con amplia experiencia en cooperación y acción humanitaria promueve un enfoque innovador centrado en la infancia y sensible al género, apoyando a la juventud para que desarrolle habilidades frente a emergencias climáticas, fortalezca la resiliencia de sus comunidades y participe activamente en la toma de decisiones. Para ello, además, Plan International trabaja para adaptar las escuelas y que sean entornos más seguros ante fenómenos climáticos extremos e impulsa acciones de incidencia a todos los niveles para que la voz de la infancia y la adolescencia esté presente en la agenda contra la crisis

El director de Plan International en Sudán reacciona a los ataques en Puerto Sudán
Los ataques perpetrados durante la noche en Puerto Sudán han causado daños generalizados, según las últimas informaciones, entre ellos en el aeropuerto de Puerto Sudán, almacenes de combustible y un hotel en el que se alojaban diplomáticos y trabajadores de cooperación internacional. Estos ataques representan una nueva escalada de violencia en Sudán, que se encuentra en su tercer año de conflicto. El pueblo sudanés, especialmente sus mujeres y niñas, está sufriendo una de las peores crisis humanitarias del mundo, con millones de personas obligadas a abandonar sus hogares y sin alimentos ni atención sanitaria suficientes. Desde Puerto Sudán, Mohamed Kamal, director de Plan International en Sudán, ha declarado: «Puerto Sudán está en llamas. Estamos siendo testigos de una de las escaladas de violencia más dramáticas desde que comenzó el devastador conflicto de Sudán hace más de dos años. La destrucción es inmensa, y los ataques no muestran signos de detenerse. Nuestra oficina está a diez minutos a pie de uno de los depósitos de combustible que esta mañana ha sido alcanzado por un dron. Mire donde mire, hay llamas ardiendo y edificios derrumbados. Ahora mismo, no hay ningún lugar seguro en Puerto Sudán. Nos preocupa especialmente cómo estos ataques afectarán a nuestra capacidad de prestar ayuda humanitaria vital a los niños, las niñas y sus familias en todo Sudán, así como a la seguridad de nuestro propio personal, que tiene su sede en la ciudad. El mundo no puede seguir ignorando lo que está ocurriendo aquí. Por el bien de millones de niños y niñas sudaneses, reiteramos nuestro llamamiento a una resolución pacífica y sostenible de este conflicto y a un aumento drástico de la ayuda humanitaria que llegue a todas las partes del

Plan International pide respeto al Derecho Internacional Humanitario mientras civiles en toda Ucrania son asesinados en sus hogares
En las primeras horas de este jueves se lanzó un ataque masivo con misiles y drones contra la capital de Ucrania, Kiev. Según los informes, el ataque, que duró aproximadamente 11 horas, dejó al menos doce personas muertas —incluidos niños, niñas y una mujer embarazada— y más de 90 heridas. Otras cuatro regiones de Ucrania también fueron blanco de misiles en lo que se describe como uno de los ataques aéreos más devastadores contra el país desde febrero de 2022. “Estos ataques en Kiev y en toda Ucrania han tenido como blanco a civiles, incluidos niños y niñas, asesinados en sus hogares mientras dormían. Esto constituye una violación del Derecho Internacional Humanitario y desde Plan International exigimos el fin inmediato de todas las violaciones, especialmente aquellas que afectan directamente a la infancia”, declaró Sven Coppens, director de Respuesta a la Crisis de Refugiados en Ucrania de Plan International. “La comunidad internacional, incluidos todos los Estados miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, tiene la obligación de respetar la ley y demostrar liderazgo para prevenir violaciones graves contra la infancia—no de participar activamente en su victimización mientras descansan en sus camas”, resaltó. “El asesinato y los daños a civiles son horrendos, y para los supervivientes, testigos y quienes viven en zonas de conflicto, las heridas psicológicas son profundas. Nuestro mensaje es claro: todos los jóvenes deben tener la oportunidad de crecer libres de miedo, pérdida y violencia. Deben poder vivir. Todas las partes en conflicto deben respetar el derecho internacional humanitario, los derechos humanos y la protección de la población civil”, señaló Coppens. Por su parte, el director de Operaciones y Emergencias de Plan International en España, Stefano Fino, destacó que “los últimos ataques han expuesto, una vez más, la brutal realidad que viven miles de niños y niñas en Ucrania: no están seguros ni siquiera mientras duermen. Más allá del horror inmediato, las consecuencias emocionales y psicosociales de crecer bajo el sonido de las sirenas y el miedo constante dejarán huella durante toda su vida. Desde Plan International trabajamos para asegurar que cada niño y niña tenga acceso a protección, apoyo psicológico y educación, incluso en medio del conflicto. No se trata solo de salvar vidas, sino de preservar la posibilidad de un futuro digno para la infancia. La comunidad internacional debe actuar con urgencia para protegerlos y garantizar que el derecho internacional se

La educación Salva Vidas: más de 120 países se movilizan por la Educación en Emergencias
El mundo vive una emergencia educativa sin precedentes. Conflictos armados, crisis climáticas, desastres naturales y desplazamientos forzosos impiden que millones de niños, niñas y adolescentes puedan ejercer su derecho a la educación. En 2024, 234 millones de niñas, niños y adolescentes vivieron situaciones de emergencia en 85 países, siendo las niñas las más afectadas por los cierres de escuelas y la inseguridad. Ante esta situación, la Campaña Mundial por la Educación (CME), coalición liderada en España por Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas, Madre Coraje y Plan International, pone el foco en la urgencia de garantizar la Educación en Emergencias como herramienta clave para proteger, cuidar y dar oportunidades de futuro a la infancia y la adolescencia en crisis. La CME exige un incremento significativo y sostenido de la financiación pública y de la cooperación internacional para asegurar una educación transformadora también en contextos de emergencia. “La educación es un derecho fundamental, no un privilegio que se pueda perder en tiempos de crisis. Las emergencias no pueden ser excusa para desatender a quienes más lo necesitan. Las escuelas deben ser espacios seguros, resilientes y protectores que brinden estabilidad, bienestar y esperanza”, señala Mariluz Aparicio, coordinadora de la CME en España. SAME 2025: ¡La educación salva vidas!Este año, bajo el lema ¡La educación salva vidas!, la Semana de Acción Mundial por la Educación (SAME) pone en el centro la Educación en Emergencias como un derecho indispensable y una respuesta urgente en situaciones de conflicto, crisis climáticas o desastres naturales. Desde el 28 de abril al 5 de mayo, centros educativos de toda España se movilizarán con actividades, materiales didácticos y acciones de calle que visibilizarán cómo la educación protege, cuida y transforma vidas en contextos de emergencia en los que las vulnerabilidades de los niños, niñas y jóvenes se multiplican. En esta edición, se destacará también el impacto de las emergencias en nuestro propio entorno: la DANA que afectó al sureste de España a finales de 2024 interrumpió la educación de más de 40.000 estudiantes por el cierre de escuelas y provocó el realojo temporal de 24.000 alumnos y alumnas a otros centros educativos. Casi medio año después persisten los retos para el sistema educativo, por la sobrecarga docente, los desajustes curriculares y el impacto emocional sobre el alumnado, así como la pérdida o suspensión de actividades extraescolares. La educación, esencial en las crisisCuando estalla una crisis, la educación suele ser el primer derecho en perderse y el último en recuperarse. Sin embargo, garantiza bienestar emocional, seguridad, resiliencia y esperanza. Las escuelas son espacios seguros que protegen de la violencia, promueven la salud mental y permiten reconstruir rutinas. Además, fortalecen la cohesión social y previenen la violencia, aportando valores como la inclusión, la tolerancia o los derechos humanos. La educación en emergencias es también clave para la igualdad de género. Las niñas son las más afectadas por el cierre de escuelas, ya que enfrentan un mayor riesgo de matrimonio infantil, violencia, explotación y embarazos forzados. Según Girls Not Brides, es más probable que las niñas forzadas a casarse antes de los 18 abandonen la escuela o tengan embarazos prematuramente. El mayor reto de la educación en emergencias: la infradotaciónAunque los impactos positivos de la educación en emergencias están ampliamente documentados, la financiación sigue siendo insuficiente. En 2024, solo se cubrió el 29 % de las necesidades globales, con apenas 879 millones de dólares frente a los 3.000 millones solicitados por las Naciones Unidas. Esta brecha, que se agrava desde 2018, deja a millones de niñas y niños sin acceso a una educación que tiene el potencial de cambiar sus vidas. La CME insta al Gobierno de España y a las administraciones públicas a todos los niveles a fortalecer políticas de paz que garanticen derechos fundamentales como la educación, la salud, el trabajo digno, la igualdad y la paz. Estas son las bases de la seguridad humana y la verdadera prevención de conflictos. Además, les pide aumentar su compromiso financiero con la Educación en Emergencias, destinando al menos el 10 % de los fondos de ayuda humanitaria a este fin, e invertir en infraestructuras resilientes, salud mental, formación docente y recursos educativos para hacer frente a contextos de crisis, así como garantizar la disponibilidad de espacios seguros e inclusivos para todas las niñas, niños y adolescentes, sin importar su origen. Sobre la CMELa CME es una coalición internacional formada por ONG, sindicatos del entorno educativo, centros escolares y movimientos sociales de muy diverso signo que se movilizan para reclamar el cumplimiento íntegro de los compromisos internacionales firmados por los Estados para garantizar el acceso a una educación de calidad para todas las personas del mundo. En España, la coalición es liderada por las ONG Ayuda en Acción, Educo, Entreculturas, Madre Coraje y Plan International. La CME nace en el año 1999 con el objetivo de sensibilizar y movilizar a la ciudadanía como portavoces y activistas del Derecho a la Educación e incidir en los representantes políticos para que cumplan sus compromisos con el derecho a la

Plan International condena las muertes de civiles y trabajadores humanitarios en el ataque a un campo en Sudán
Decenas de personas han muerto en el campo de Zamzam, en Darfur del Norte, tras los intensos combates de este fin de semana. Durante la toma del campo de desplazados por las partes armadas también se atacó a organizaciones de asistencia y se mató a trabajadores humanitarios. El campo de Zamzam y el vecino campo de Abu Shouk dan cobijo a más de 700.000 personas desplazadas, en su mayoría mujeres, niños y niñas. El ataque forma parte de una importante escalada de violencia en torno a la zona de Al Fasher, capital del estado de Darfur del Norte, donde las facciones armadas se disputan el control. Se teme que esta fase de intensos combates pueda poner en grave peligro a cientos de miles de civiles, incluidos niños, niñas y mujeres. La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) declaró el 12 de abril que se prevé que el 60 % de la población de Al Fasher se enfrente a una hambruna aguda en los próximos meses. Mohamed Kamal, director de Plan Internacional en Sudán, ha declarado: “La espantosa matanza de civiles y trabajadores humanitarios en un campo donde la población, incluidos niños y niñas, ya lucha por sobrevivir a la hambruna es un hecho devastador en Sudán. Condenamos estos asesinatos en los términos más enérgicos y nos solidarizamos con los seres queridos y los compañeros de las personas asesinadas. La comunidad internacional también debe unirse para condenar estos brutales ataques: incluso en los conflictos más complejos hay normas. No se debe permitir que los autores de violaciones del derecho internacional humanitario actúen con impunidad. Esta creciente violencia en el norte de Darfur está llevando a cientos de miles de personas a huir una vez más. La mayoría de esas personas son mujeres, niñas y niños que se enfrentan a muchos riesgos de gravedad, incluida la inanición. Mañana se cumple un triste hito en Sudán: dos años de duro conflicto. Nos encontramos en un momento crítico, con una hambruna que afecta ya a 25 millones de personas, un aumento de la violencia que asola hogares y campamentos y un sistema de salud colapsado. Hay que tomar medidas para proteger a la población y facilitar el acceso seguro de los trabajadores humanitarios para que puedan prestar ayuda vital. Sin esto, las consecuencias para la infancia y todos los civiles son catastróficas.”

2 años de conflicto en Sudán: hambre, desplazamiento y violencia contra las mujeres.
Plan International denuncia el sufrimiento extremo de niñas y mujeres en Sudán A dos años del inicio del conflicto en Sudán, la población del país se enfrenta a una de las mayores y más devastadoras crisis del mundo: más de 30 millones de personas necesitan ayuda humanitaria, más de ocho millones están al borde de la hambruna y más de 12,6 millones de personas han sido desplazadas por la violencia, de las cuales más de la mitad son niños, niñas y jóvenes, lo que la convierte en una de las mayores crisis de desplazados y hambre del mundo actualmente. En el marco de la conferencia de alto nivel sobre Sudán, que se celebrará en Londres mañana 15 de abril, Plan International solicita un mayor compromiso con la ayuda humanitaria e insta a promover un alto al fuego inmediato, garantizar un acceso humanitario sin restricciones y renovar los compromisos de financiación humanitaria. La organización también destaca la necesidad de aumentar significativamente la ayuda a grupos locales y nacionales, y de apoyar la participación significativa de la sociedad civil sudanesa, especialmente niñas y mujeres, teniendo en cuenta que la situación no hace más que empeorar. En un informe reciente, la ONU describió la crisis en Sudán como “la más grande y devastadora del mundo”. El impacto en mujeres y niñas Las mujeres y niñas en Sudán están viviendo una realidad aterradora, expuestas a diario a la violencia sexual utilizada como arma de guerra por los grupos armados. Con un alarmante aumento de secuestros, violaciones, esclavitud sexual, torturas y matrimonios forzados, las mujeres y niñas sudanesas han quedado atrapadas en un ciclo de violencia que destruye sus vidas. La violencia de género ha alcanzado niveles nunca vistos, triplicándose hasta dejar a 12 millones de personas en riesgo. UNICEF ha reportado casos de agresiones sexuales a niños de tan solo un año, y se han documentado más de 220 casos de violación infantil desde principios de 2024. Las necesidades de atención psicosocial a las supervivientes son acuciantes. Marwa, una madre desplazada de 28 años relató la brutalidad de la huida: “La zona fue atacada por grupos armados y tuvimos que huir junto con el resto de la población, caminando durante seis horas hasta Selouqi, desde las 3 de la mañana hasta que llegamos por la tarde. Este viaje aumentó nuestros problemas, ya que mis hijos estaban gravemente desnutridos. Fue una situación indescriptible. Cuando regresamos, recibimos apoyo de Plan International, quienes nos llevaron al hospital donde mis hijos pudieron recibir tratamiento médico y nutricional. Más tarde, nos dieron ayuda en efectivo que usé para comprar carbón y otros artículos para comerciar. Nos hizo muy felices porque vimos que la vida no se había acabado”. La crisis alimentaria y de salud El hambre en Sudán ha alcanzado niveles críticos, con casi nueve millones de personas al borde de la hambruna. Más de cuatro millones de niños y un millón de mujeres embarazadas y lactantes sufren desnutrición aguda, mientras que la tasa de mortalidad infantil sigue aumentando. La situación es aún más grave en Darfur, donde la escasez de alimentos y la falta de acceso humanitario están exacerbando la crisis. Se estima que más de 30 millones de personas en Sudán necesitarán asistencia humanitaria en 2025, y los precios de los alimentos básicos han aumentado en más del 60 %, lo que complica todavía más la supervivencia de las familias, especialmente la de las mujeres y niñas, que ante la escasez de alimentos suelen ser las últimas en recibir comida. La respuesta humanitaria se ve obstaculizada por el acceso limitado a algunas de las áreas más afectadas. Samuel Musyoki, director regional de Programas de Plan International, asegura: “Ha sido difícil operar. No podemos acceder a muchas áreas, y las comunidades carecen de alimentos y agua potable. Hemos estado trabajando con socios locales para proporcionar asistencia en efectivo, organizando a las comunidades en pequeños grupos para que reciban ayuda.” La crisis educativa Más de 16,5 millones, de los 19 millones de niños y niñas en Sudán, están fuera de la escuela, un hecho que tendrá consecuencias devastadoras para su futuro. Desde el inicio del conflicto, solo el 20 % de las escuelas han reabierto. La interrupción de la educación expone a la infancia a mayores riesgos de ser reclutados por grupos armados, ser víctimas de trata, matrimonio infantil, abuso sexual y otras formas de explotación. La necesidad urgente de garantizar el acceso a la educación en condiciones de seguridad es más crítica que nunca. Además, la educación durante una emergencia así es una herramienta clave para reconstruir la paz, y el futuro de estas personas. https://youtu.be/eLVZH_IloII Plan International sigue comprometido con la ayuda humanitaria en Sudán y la región A pesar de los grandes retos, Plan International sigue trabajando en Sudán para apoyar a las niñas y niños más afectados por la crisis. La organización está presente en Darfur del Norte, Nilo Blanco, Kassala, Gadarif y Kordofán, y también brinda apoyo a los refugiados sudaneses en países como Sudán del Sur, Chad y Etiopía, entre otros. “Es vital que la comunidad internacional garantice e incremente su compromiso con las mujeres y niñas de Sudán. Son las principales víctimas de este conflicto. Desde Plan International estamos comprometidos con asegurar su acceso a protección, alimentación y educación, incluso en estas circunstancias”, explica el director de Operaciones y Emergencias de Plan International, Stefano Fino. Llamadas a la acción Plan International hace un llamamiento urgente a la comunidad internacional, así como al Gobierno de España, para que actúe de inmediato en respuesta a la crisis humanitaria en Sudán. En la conferencia de Londres, el 15 de abril, organizada por Reino Unido, Francia, Alemania y la Unión Europea, insta a promover acciones que incluyan un alto al fuego inmediato, respeto al derecho internacional humanitario incluyendo especialmente acceso humanitario sin restricciones y un aumento significativo de los fondos de ayuda. Es esencial que todos los actores aseguren respuestas que protejan a los refugiados sudaneses en los países vecinos y garanticen que las organizaciones locales sean adecuadamente apoyadas. Además, es crucial que las voces de la sociedad civil sudanesa, especialmente de niñas, jóvenes y mujeres, sean escuchadas e incluidas cuando se busquen soluciones a medio y largo plazo para esta

Plan International despliega suministros de emergencia en Myanmar y hace un llamamiento para ampliar la ayuda humanitaria
Tras el fuerte terremoto de magnitud 7,7 que sacudió Myanmar el pasado viernes 28 dejando miles de fallecidos, la situación es crítica para la población, especialmente para los niños y las niñas, que llevan días obligados a vivir y dormir en la calle, por miedo a las réplicas y a los derrumbes de edificios e infraestructuras. Plan International ha desplegado todos sus recursos en las zonas afectadas y trabaja sobre el terreno desde las primeras horas de la emergencia, ya que está presente en Myanmar desde 2008 y cuenta con personal experimentado en este país. La ONG está trabajando duramente para llegar a los niños y niñas afectados y a sus familias, con suministros de emergencia como mantas, bolsas de rehidratación, lonas impermeables y agua potable, entre otros. “Estamos muy preocupados por el bienestar de los niños y las niñas tras esta catástrofe. Los supervivientes viven en la calle porque temen volver a sus casas. Muchos llevan ya varias noches durmiendo a la intemperie, en circunstancias aterradoras, sin comida adecuada, agua potable, ni asistencia médica. Con demasiada frecuencia, en la devastación y el caos, las adolescentes se enfrentan a un mayor riesgo de violencia y discriminación. Por eso daremos prioridad a su protección en nuestra respuesta”, afirmó la directora general de Plan International España, Concha López Sin embargo, las necesidades humanitarias son muy significativas y requieren coordinación con las autoridades locales y los organismos internacionales para garantizar una respuesta eficaz. Los organismos de socorro necesitan ayuda financiera urgente; las donaciones del público serán de gran ayuda, para poder llegar a una población aislada por la destrucción de infraestructuras con una asistencia efectiva, que permita salvar vidas. A pesar de que aún no se tiene una imagen completa de las consecuencias del seísmo, los daños son importantes en múltiples regiones, especialmente en Mandalay (la segunda ciudad más grande del país) y en la región de Sagaing, en el nororeste de Myanmar, donde se han derrumbado el 80 % de los edificios. Las réplicas suponen un gran riesgo y los daños en las infraestructuras han interrumpido muchas de las comunicaciones y el transporte. Además, el sistema sanitario está sometido a una presión extrema, con necesidades urgentes en hospitales y centros médicos. El problema es aún más grave en las zonas alejadas, a las que solo se puede llegar en barco. Las fuertes sacudidas también han llegado a Tailandia. Ambos países han declarado el estado de emergencia y pasarán varios días hasta que se conozca la verdadera magnitud de la devastación. Como parte del Comité de Emergencia Español, Plan International hace un llamamiento a la realización de donaciones para poder ampliar la respuesta humanitaria. La colaboración puede realizarse a través de la web www.comiteemergencia.org o bizum con el código 02076. El acceso a alimentos, agua y suministros médicos es fundamental en los primeros momentos de la catástrofe. Sin embargo, el impacto psicosocial de un terremoto es profundo y duradero en el tiempo. Es fundamental garantizar el apoyo psicosocial para la infancia y las familias después de una emergencia como esta y mantener la ayuda humanitaria una vez que las cámaras de televisión dejen de retransmitir la

Lecciones desde los escombros: Qué hemos aprendido de los terremotos devastadores
Tras el terremoto de magnitud 7,7 en Myanmar, el director Humanitario Global de Plan International, el Dr. Unni Krishnan, comparte cinco aprendizajes clave para tener en cuenta y poder dar una respuesta eficaz ante crisis como ésta: Casas derrumbadas y escombros ocupan ahora el lugar donde antes se encontraban comunidades prósperas. A su alrededor, niños y niñas asustados se agrupan, temerosos de la próxima réplica. Tras el terremoto de magnitud 7,7 que sacudió la región de Mandalay en Myanmar, los primeros informes indican que se teme que cientos de personas hayan perdido la vida. Las fuertes sacudidas también se sintieron en Tailandia. Ambos países han declarado el estado de emergencia y Myanmar ha solicitado ayuda internacional. Los informes describen hospitales desbordados con supervivientes que presentan heridas graves y fracturas. Pueden pasar varios días hasta que conozcamos hasta qué punto llega la magnitud de la devastación. Con años de experiencia trabajando junto a voluntarios locales y comunidades en zonas afectadas por terremotos en India, China, Irán, Japón, Afganistán, Haití, Turquía e Indonesia, he sido testigo tanto de la devastación única de cada seísmo como de la solidaridad humana que siempre emerge. Los terremotos transforman vidas y paisajes: nada vuelve a ser igual. Aquí comparto algunas lecciones difíciles, aprendidas entre los escombros. La preparación y la prudencia pueden salvar vidas “Las réplicas terminaron el trabajo que inició el terremoto principal”, me dijo una madre en Haití en 2010. El terremoto de magnitud 7 que golpeó el país caribeño estuvo seguido de más de 50 réplicas en solo dos semanas. Estas sacudidas, aunque secundarias, pueden convertir estructuras frágiles en trampas mortales. Predecirlas es casi imposible, pero la preparación y la cautela pueden marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Apoyar, no reemplazar, a los actores locales Los primeros en responder a una emergencia siempre son los voluntarios y voluntarias locales. En los primeros momentos, cuando cada segundo cuenta, son estas personas quienes, con sus propias manos, rescatan a los supervivientes de entre los escombros. Son la base de los esfuerzos de rescate, héroes reales y a menudo invisibles. La ayuda internacional debe complementar, no competir, con los esfuerzos locales. En Nepal, tras el terremoto de 2015, mis colegas de Plan International me recordaron que el desastre era demasiado grande para que el país lo afrontara solo. “La solidaridad global es clave”, me dijeron. La asistencia externa debe respetar y fortalecer las iniciativas locales, no eclipsarlas. La ayuda humanitaria salva vidas, pero también es esencial el apoyo psicosocial El acceso a alimentos, agua y suministros médicos puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. La asistencia en efectivo en emergencias es vital, ya que permite a las personas, especialmente a las mujeres, decidir con dignidad y flexibilidad cómo cubrir sus necesidades. Pero no todas las necesidades son visibles y tangibles. El impacto psicosocial de un terremoto es profundo y duradero. En Irán (2003) y Japón (2024), vi cómo las réplicas agotaban la capacidad de afrontamiento de las personas. En la India, tras el terremoto de Gujarat (2001), muchos niños y niñas me contaban que tenían demasiado miedo para poder dormir. Sus madres me explicaron que se despertaban gritando por las pesadillas. Es fundamental garantizar apoyo psicosocial para la infancia y sus familias después de una emergencia. Proteger a quienes están en mayor riesgo: la infancia primero Los terremotos afectan a todos, pero no por igual. Niños, niñas, personas mayores y personas con discapacidad enfrentan mayores riesgos. Los niños y niñas separados de sus familias son especialmente vulnerables y, en algunos contextos, las niñas corren aún más peligro debido a desigualdades preexistentes que se agravan en contextos de crisis. Es crucial proteger a la infancia aislada en aldeas remotas, a quienes han quedado huérfanos y a las niñas expuestas a la trata y la violencia. Involucrar a la juventud en la respuesta humanitaria, y garantizar que las adolescentes tengan voz en la toma de decisiones, puede transformar y multiplicar los esfuerzos de la ayuda humanitaria. En Plan International, priorizamos la protección de la infancia, especialmente de las niñas, porque las emergencias amplifican sus vulnerabilidades y las convierten en blancos fáciles para la explotación. Mi colega Paola Belotti, experta en protección infantil en emergencias, advierte que “los terremotos exponen a la infancia a riesgos inmensos: separación de sus familias, pérdida del hogar y vulnerabilidad a la violencia.” También recuerda que “cuando las escuelas colapsan, los niños y niñas pierden más que la educación; pierden seguridad, rutina y esperanza. Abrir espacios de aprendizaje y protección no es solo importante, es urgente.” Estos espacios brindan refugio, apoyo emocional y una sensación de normalidad en medio del caos. Derribar un mito sobre los terremotos: no matan las sacudidas, sino los edificios inseguros Es un mito común creer que los terremotos matan personas. En realidad, son los edificios mal construidos los que causan la mayoría de las muertes. Si un país cuenta con códigos de construcción sólidos y una infraestructura resiliente, las posibilidades de supervivencia aumentan significativamente. Tomemos el terremoto de San Francisco en 2014 (magnitud 6,1): hubo carreteras dañadas y personas heridas, pero no se reportaron muertes inmediatas. En cambio, en Haití en 2010 (magnitud 7,0), murieron 220.000 personas. En Pakistán en 2005, 16.000 niños y niñas perdieron la vida cuando sus escuelas colapsaron. ¿La diferencia? Las normas de construcción, y su seguimiento. Aún recuerdo los escombros en Nepal, el miedo en los ojos de los niños y niñas, los edificios centenarios reducidos a polvo. Pero en los lugares donde se refuerzan las estructuras y se invierte en prevención, la vida continúa. No es el tamaño del terremoto lo que define la tragedia, sino las decisiones y prevenciones que tomamos antes de que la tierra tiemble. Compasión y solidaridad: la verdadera medida de la humanidad La respuesta humanitaria debe preservar la dignidad de los supervivientes y seguir principios fundamentales, como los Estándares Mínimos Esfera. La protección de la infancia, la lucha contra la violencia de género y la seguridad de las adolescentes no son opcionales: son esenciales. A lo largo de los años, he conocido a algunas de las personas más resilientes y altruistas en las zonas de desastre. Me recuerdan que invertir en las comunidades antes de que ocurra una catástrofe es la mejor manera de fortalecer su capacidad de resistencia. Así es como podemos romper el ciclo de vulnerabilidad y destrucción. La ayuda humanitaria debe continuar mucho después de que las cámaras de televisión se apaguen. La solidaridad es un acto de humanidad. En un mundo interconectado, todos podemos marcar la diferencia compartiendo mensajes de apoyo, donando y defendiendo los derechos de la infancia y las niñas en emergencias. Los terremotos dejan cicatrices profundas en la tierra y en los corazones. Siempre habrá miles de tareas urgentes, pero si hay un lugar por donde empezar, debe ser por los niños y niñas: son quienes más nos necesitan. Cada terremoto multiplica el sufrimiento de los más vulnerables. Pero si actuamos con compasión y previsión, podemos evitar que se pierdan más vidas la próxima vez que la tierra tiemble.

Terremoto de magnitud 7,7 en Myanmar
Plan International, presente en Myanmar desde 2008, está trabajando con urgencia para desplegar equipos adicionales sobre el terreno, evaluar las necesidades y prepararse para proporcionar asistencia. Tras el potente terremoto de magnitud 7,7 que ha sacudido Myanmar esta mañana, el director de Plan International en Myanmar, Haider Yaqub, quien se encuentra actualmente en Yangon, ha declarado: “Aunque aún estamos conociendo el alcance total de los daños, la mayoría de nosotros nunca habíamos visto una destrucción de este calibre. Hay un nivel muy alto de estrés y ansiedad, ya que muchas personas intentan localizar a sus familiares mientras se propaga desinformación en las redes sociales.” “Sin duda, las necesidades humanitarias serán significativas. Estamos trabajando para establecer contacto con las comunidades en las zonas más afectadas, dentro y alrededor de Mandalay. Sin embargo, ya sabemos que algunas infraestructuras críticas han quedado destruidas, que las líneas telefónicas fijas no funcionan y que viviendas y muchos otros edificios han colapsado, no solo en Myanmar, sino también en Tailandia”. “Nos preocupa profundamente el impacto que esta nueva crisis tendrá en la infancia, especialmente en las niñas, y en sus familias”, afirmó Haider Yaqub, director de Plan International en Myanmar. “Esta catástrofe golpea a Myanmar en un momento en el que el país ya se enfrenta a un contexto de conflicto, y desde Plan International estamos extremadamente preocupados por las consecuencias que esta crisis añadida tendrá sobre la infancia, especialmente las niñas, y sus familias”. Plan International, cuenta con personal experimentado en el país. Estamos actuando con urgencia para desplegar equipos adicionales sobre el terreno, evaluar las necesidades y proporcionar